Me he acostumbrado a ver la televisión en casa arropada con la Manta eléctrica Solac CT8600 que compró mi chico hace unos meses y que no pensé que le iba a dar tanto uso como le estoy dando. Es una manta que tiene una potencia de 160 w, unas medidas suficientes para taparte en el sofá y unas temperaturas regulables.
Me gusta que se le pueda regular la temperatura hasta en seis temperaturas. Yo me pongo más o menos calor según ande mi frío. Casi siempre la pongo a todo trapo. Mi chico dice que le doy calor a distancia. Es un exagerado. Prefiero poner la manta bien caliente a gastar en calefacción de radiadores. He hecho cuentas y gasto menos cuando nos tapamos yo y las niñas con la manta que cuando encendemos el radiador del salón.
Esta Manta eléctrica Solac CT8600 tiene un color topo sufrido. No es nada manchadiza. En todo caso, la puedes asear quitándole la almohadilla lavable a temperatura de 40º C. Yo se la suelo lavar como una vez o dos al mes, dependiendo de que la use más o menos. Es decir, según lo que paremos por casa.
La Manta eléctrica Solac CT8600 cuenta con tecnología Sensfort, una tecnología que consigue que la manta mantenga la temperatura constante. Yo tuve una manta que no lo hacía. Era horrible. Le ponías una temperatura y cambiaba de temperatura ella solita como si tuviera vida propia.
Os la recomiendo. La Manta eléctrica Solac CT8600 es de las mejores mantas eléctricas que hay hoy día en el mercado. No es muy cara. Nos costó 89 euros, una dinero que tengo más que amortizado. La estoy usando una barbaridad. Mi chico se extraña que no se me haya estropeado de tanto que la uso. Yo espero que siga funcionando tan bien como hasta ahora. Me llevaría un disgusto si tuviera que prescindir de ella. Es de lo mejorcito.