"Tonto de remate" prosigue la historia iniciada en "Ni un pelo de tonto", es decir, la historia de aquel pobre jubilado que se jubilaba por un problema en la rodilla y se encontraba malviviendo con su pequeña pensión. Se veía obligado a completar sus ingresos fijos con ingresos variables que no lo sacaban de su malvivir. La primera entrega fue llevada al cine con mucho éxito.
La nueva entrega también está ambientada en un pequeño pueblo llamado North Bath, en el norte del estado de Nueva York. Los personajes son los mismos que aparecían en Ni un pelo de tonto (1993). Ahora Sully es millonario. Una gran noticia. En las manos del buenazo de Sully ha caído una fortuna inesperada, pero, como siempre es noche en la casa del pobre, no podrá disfrutarla mucho. Este simpático viejecillo se enfrenta a un diagnóstico del médico de la Asociación de veteranos, según el cual le queda entre uno y dos años de vida. ¿Qué hará? Para empezar mentir. No quiere preocupar a los suyos, pero le cuesta mucho esconder la noticia a las personas más importantes de su vida: su amigo Ruth, la mujer casada con la que mantiene una relación amorosa desde hace años; Rub Squeers, el súper gafe de la anterior entrega, tan preocupado de asegurar que Sully siga siendo su mejor amigo; su hijo y su nieto, con los que ahora tiene una relación familiar fluida. También disfrutamos en esta nueva entrega de la saga de la compañía de Doug Raymer, el jefe de la policía local, obsesionado con averiguar la identidad del hombre con el que estaba a punto de huir su mujer si no llega a palmarla justo antes, en un extrañísimo accidente mortal. Otro personaje que te engancha con sus peripecias es el alcalde de Bath, Gus Moynihan, excatedrático, cuya esposa plantea darle problemas.
Os recomiendo esta novela que podría ser mejor si Richard Russo no le pusiera fecha de caducidad al bueno de Sully. Debió haberlo dejado en un nuevo rico gracias a la lotería, pero el autor opta por una trama llena de sufrimiento que le resta comicidad a una novela de humor.