Si vas a Nueva York no debes dejar de visitar el Central Park, Nueva York, la zona más verde de la gran manzana. Son cuatro kilómetros de parque para olvidarte un poco del cemento y sentirte casi como en el campo.
A mis hijas les encanta el Central Park. Siempre que vamos a Nueva York quieren ir a visitarlo. La última vez que estuvimos por allí entramos por Nosotros entramos por el 86th St transverse rd. y nos fuimos directos hasta el gran lago, el llamado Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir, un lago artificial como todos los que hay en el parque. Los otros lagos son más pequeños.
Es un lago un tanto asqueroso con tanta ave volando. Los pájaros siempre me dieron asco. No me metería en este lago a nadar ni que me dieran una millonada por hacerlo. Menos mal que no dejan darle comida a las aves y demás animales que te encuentras por el parque. Si dejaran, se multiplicarían más. Los animales cuanto más comida comen más se reproducen.
Nuestra siguiente visita fue el Great Lawn. Esta es la gran explanada de hierba dónde la gente puede disfrutar de conciertos gratuitos. Los conciertos gratis los da la New York Philarmonic y la Metropolitan Opera. Que nadie piense que allí se pone a cantar cualquiera y los demás aplauden.
Este gran campo de hierba muy bien cortada también tiene campos de béisbol para que la gente se entrene o entretenga si no tiene nada mejor que hacer. Tienes que tener cuidado con las pelotas. A poco que te descuides, te dejan herida por un balonazo. Yo saqué a mis hijas de allí rápidamente.
Lo que más me gusta del parque es una especie de miradores que hay en forma de castillos. Me refiero al Beldevere Castle y el Beldevere Lake. Desde allí puedes hacer unas fotos fabulosas.
En todo caso, en el Central Park no te aburres. Te lo puedes pasar muy bien sin ganar ni un dólar. Por ejemplo, puedes asistir al Delacorte Theater, un anfiteatro con un escenario al aire libre dónde representan obras de Shakespeare en el verano gratis total. No parece que estás en un país capitalista.
Os recomiendo visitarlo. Es el lugar perfecto para llevar a los más pequeños de la casa cuando estás en Nueva York. Mis hijas son capaces de pasar horas en el The Lake, un lago en el que hay cismes y patos y puedes pasear en barcas de remos en verano si tus brazos tienen más fuerza que los míos.