La serranía de Ronda es muy conocida por las leyendas de los bandoleros. Yo no la visité mucho, pero tiene que ser una gozada pasar unos días allí haciendo senderismo o cualquier actividad en contacto directo con la naturaleza.
Nosotros hicimos parada en Ronda de camino a Córdoba porque todo el mundo nos lo había recomendado y no nos decepcionó.
Para empezar, ya solo el camino hasta llegar a Ronda merece la pena. Los paisajes son espectaculares, sobre todo si no eres tu el que conduce. Es cierto que al final tanta subida, bajada y curva se hace pesado y lo que quieres es llegar, pero las vistas no tienen precio.
Ronda es un lugar con mucha historia y mucha cultura del toro. Eso es lo que no me gustó mucho. La Plaza de Toros es gigantesca y está súper cuidada, pero como está a pleno funcionamiento, no le dediqué ni un minuto. Mejor centrarse en la arquitectura civil pero sobre todo en la profunda garganta que hace que Ronda sea tan espectacular.
La zona del río, con el puente, los arcos de piedra, esa caída de decenas de metros, es una imagen que recomiendo. Merecen la pena las curvas y las subidas por esa carretera (yo me suelo marear, me lo pienso mucho antes de meterme en puertos y serranías)
No recuerdo que mas vimos allí, me suena que algún museo, pero ya os digo, sólo por las vistas y el pueblito en general merece la pena. Además hay muchos sitios para reponer fuerzas porque al ser tan turístico hay mucha oferta gastronómica.
Lo peor, el aparcamiento. En el centro no hay, hay que irse un poco a las afueras. Nosotros dejamos el coche en un aparcamiento de pago, no es barato, pero en algún sitio hay que dejarlo.
La visita te llevará mínimo medio día, depende lo que quieras profundizar, pero aunque simplemente pasees, ya te pasarás allí entretenido unas 4 horas.