La Catedral de Oporto está ubicada en uno de los puntos más altos de la ciudad y es visible desde muchos puntos de la misma. A pesar de todas las escaleras que hay que subir para llegar a ella desde el mejor sitio en el que puedes estar en Oporto (Cais da Ribeira), os recomiendo su visita, ya no por el edificio en si, sino también por las vistas que se pueden obtener desde ella.
Un poco de historia
Como muchos edificios magníficos su construcción se dilató mucho en el tiempo por lo que combina varios estilos arquitectónicos que fusionan muy bien y dan lugar a una imponente catedral.
Comenzó a construirse en el siglo XII. Estaba “de moda” el románico, por lo que nos encontramos con un templo muy grande, de líneas rectas, ubicado en un promontorio, como si fuera un castillo.
Las torres que decoran la catedral también son 100% románicas, pero en su interior lo que predomina es el gótico. Finalmente se añadieron detalles barrocos en el interior y el exterior, quedando un templo muy curioso y diferente a los típicos de un estilo concreto.
MI OPINIÓN
Hace ya unos años que el turismo de monumentos me está cansando. Antes era de las que recorrían largas distancias para ver cualquier estatua que apareciera en una guía turística, pero ya no soy asi. Ya he visto muchas iglesias de muchos estilos y todas son muy parecidas. Me da igual la historia que tengan detrás. Es por ello que no busqué esta catedral, pero es algo que te encuentras y he de reconocer que merece la pena. Este edificio si merece la pena, aunque no pagué la entrada, a pesar de que su claustro parece que es una joya, pero como todos. Todos siempre tienen algo y acabas empachado de tanto arte.
Por tanto, sin entrar a valorar su interior, merece la pena acercarse a verla y es que la mezcla de estilos la hace especial. Cada fachada tiene su encanto. Además, su excelente ubicación permite contemplar todo Oporto.