La Plaza del Marqués de Pombal es un símbolo de la Lisboa Moderna. Está alejada del centro histórico y de los barrios monumentales como la Alfama y la Baixa Pombalina, pero merece la pena verla pues los alrededores nos dan una idea de cómo se ha expandido y evolucionado Lisboa.
En su centro está el monumento que le da nombre; Una gran estatua del Marqués de Pombal que gobernó Lisboa durante 27 años en el siglo XVII. La estatua está acompañada de un gran león y ambos coronan un enorme obelisco.
La plaza es muy amplia y está rodeada por edificios grandiosos pertenecientes a multinacionales, bancos o cadenas hoteleras. Es una imagen típica de gran capital europea y es que esa imagen de amplitud se ve reforzada por los alrededores: A un lado está el parque de Eduardo VII, la mayor zona verde de la cuidad, de la que parten los buses turísticos.
Por el otro lado está la avenida de la Libertad, una amplia avenida con varios carriles y alameda en medio de los dos sentidos de circulación. Toda la avenida está plagada de tiendas, muchas de ellas de firmas internacionales de prestigio, restaurantes y hoteles. Grandes construcciones modernas que poco tienen que ver con la zona más turística de Lisboa.
Realmente la plaza en si no merece la pena, pero si el paseo de kilómetro y medio que nos lleva de ella hasta la plaza del Comercio, ya a la orilla del Tajo.