Mi chico quiso ir a Fuciño do Porco, la ruta de senderismo en una zona de acantilados de Viveiro, en Lugo, que se ha puesto de moda. Esta ruta sale de O Vicedo, una localidad que se adentra en el Cantábrico y marca el extremo oeste de la ría de Viveiro. Para facilitar el mantenimiento de una baliza marítima ubicada en su punta, hace más de tres años se construyó una pasarela de madera sobre acantilados. Fue lo que más me gustó. A mis hijas también. La pequeña me preguntaba si era una atracción de una feria. Estuvieron muy acertados con la pasarela de madera.
La única desventaja que le encuentro es que no es fácil llegar hasta allí. Las autoridades competentes deberían señalizar mejor. Mucha gente se pierde antes de llegar. Nosotros llegamos desde el vial local LU-P- 6142, en el entorno de la playa vicedense de Abrela, al que se accede cogiendo un desvío señalizado de la carretera LU-682, que une Viveiro y O Vicedo. Creo que conseguiremos volver sin preguntar. Mi marido quiere ir en septiembre, cuando todavía hace buen tiempo en Galicia.
¿Y qué es en realidad el famoso Fuciño do Porco? No es una playa como piensan muchas amigas mías desde que se puso de moda en la Red de Redes. O Fuciño do Porco es un mirador natural sobre la playa de Pereira. Hacia el este aparecen la ría de Viveiro, el islote A Gaveira, la playa de Area y el otro saliente donde comienza la ría viveirense, Monte Faro. Son parajes preciosos. Hacia el oeste, tenemos la playa de Area Grande o San Román, y también se divisan otros parajes de la costa de O Vicedo, como la isla Coelleira, donde moraron los famosos caballeros templarios. De frente, encontramos el Cantábrico y la línea del horizonte más larga que puedes imaginar. Además de las vistas, la pasarela ofrece la experiencia única de una caminata al borde de los acantilados. Hay que tener cuidado con los niños. Yo llevaba a mis hijas bien agarradas. Mi chico decía que podían ir sueltas, pero me las conozco. Se sienten como niñas del circo. Las sueltas y las puedes ver nadando a los dos minutos en las peligrosas aguas del mar Cantábrico y acto seguido muriendo golpeadas por el oleaje en los acantilados de Fuciño do Porco.
Os recomiendo esta ruta. Yo sólo haría la ruta de la pasarela. Anduve más porque mi chico es muy de andar. Pero a mí me llegaba y me sobraba con la pasarela. Se hacen unas fotografías espectaculares. Cuando fuimos nosotros no había casi gente. La semana pasada fue mi hermana con unas amigas y me contó que había autobuses llenos de turistas. Es lo que pasa cuando un sitio se pone de moda.