El Caro Hotel es un hotel que está en el centro de Valencia. Tiene una buena ubicación y está en un edificio donde se combinan elementos de arquitectura antigua con elementos de arquitectura moderna.
Yo me sentí un tanto extraña en una habitación tan grande como minimalista. Los sillones, por ejemplo, los habían minimizado tanto que no eran más que unas sillas con unos respaldos duros de color canela clara. Mi marido decía que le gustaba la habitación. a mí lo único que me gustó fue el espacio. Era tan espaciosa que pudimos bailar como si tuviéramos una pista de baile a los pies de la cama. También me gustó, aunque no tanto como el espacio, que el minibar fuera gratuito. Mi santo decía que lo había pagado en el precio de la habitación. Por eso aproveche para darme unos tragos de felicidad. Podía permitírmelo porque estaba en Valencia como mujer florero. Acompañaba a mi santo esposo a unas reuniones de trabajo.
El Caro Hotel me pareció muy romántico. Tiene unos salones con unos arcos tipo arcos de bodega que te ponen romántica. Del apetito se encargan los de la cocina del restaurante haciendo exquisiteces que te meten hambre con sólo olerlas. En mi vida había comido unos arroces más sabrosos. Me venían ganas de repetir plato.
Os recomiendo este hotel. Tiene una piscina al aire libre abierta todo el año. Si hace frío, le ponen agua caliente y puedes nadar como si estuvieras en pleno verano. Todo un detalle. En todo caso, yo no la frecuenté mucho. Pasé más tiempo disfrutando la televisión en el maravilloso televisor de plasma y de la conexión a internet gratuita, imprescindible para mí.
Lo que eché en falta fue una cafetera o tetera para hacer el café y las infusiones en la habitación. Este hotel es muy caro. No puedes ir mucho a su bar a no ser que quieras dejar la herencia de tus hijas entre el bar y el restaurante con un cocinero que tiene una estrella Michelín.