No puedes ir a Nueva York y no visitar Wall Street, la calle donde se fabrica el dinero, como dice mi marido. No es que haya una fábrica de Moneda y Timbre, pero sí está la más famosa Bolsa del mundo mundial, que a mí me parece mucho mejor que una fábrica de billetes.
En Wall Street están la sede de la Bolsa y las sedes de los bancos más poderosos. Es una calle que huele a dinero. Nosotros vamos mucho por allí cuando estamos en Nueva York. A mis hijas les encanta esta calle. Siempre quieren visitar la Bolsa, cosa que no es muy fácil porque siempre hay mucha gente con la misma intención.
Por eso solemos ir tempranito. Como no vayas a primera hora no entra. Se forman unas colas descomunales, sobre todo en verano, cuando todo el mundo quiere conseguir una entrada para ver como se negocian los valores de las principales empresas allí dentro.
Yo quedé un poco decepcionada la primera vez que fui hace años. Me esperaba encontrar un sitio más glamuroso. Lo que nunca me gustó fue que me quitaran el bolso, el móvil, la cámara de fotos y todo lo que les parece como si fuera una potencial ladrona. Está bien que tengan medidas de seguridad, pero se pasan un poco. Te hacen sentir incómoda.
Lo más interesante es una exposición del Capitalismo con todas las fotografías e informaciones sobre acciones, empresas, dinero y demás. A mis hijas no les interesa mucho esta exposición porque todavía son muy pequeñas y no entienden estos temas tan serios.
En Wall Street también debes visitar algún edificio que vale la pena como el edificio del Bank of New York. Tiene una forma muy bonita con su estructura de cubos y su hall interior es una preciosidad. No es para menos estando allí un banco tan importante.
También me gusta el Federal Hall National Memorial, un edificio de estilo griego que es tal cual un templo dórico. Lo miras y parece que estás en la antigua Grecia. Como dice mi marido, en América copian todo lo que merece la pena del mundo mundial.