Odio los colchones de muelles. Me acaban siempre dando mal resultado sean de Pikolin o sean de una marca desconocida. Pero siempre acabo comprando uno de estos colchones dejándome llevar por las ofertas en colchones.
Fue así como llegó a mi casa y a mi cama el Colchón Maori Pikolin 135 x 190 cm que seguramente este año pase a mejor vida. Es un colchón con núcleo de muelles Normablock con acolchado y tapicería strech con triple barrera. Esto es lo que mejor tiene: la tapicería. Resiste la limpieza de ácaros con un aspirador especial que tengo para acabar con esas suciedades invisibles de los colchones. Su predecesor se me fue por la tapicería.
Este colchón se me está yendo por los muelles. Del lado que duerme mi chico parece que le sale un muelle hacia arriba. Mi marido a veces se queja, pero, como no se queja mucho, el colchón sigue en nuestra cama.
Es un colchón de unos 25 cm de altura que tiene dos caras. Lo sujetas por las asas que trae de un lado y le das la vuelta. Mi madre dice que una cara es de verano y otra cara es de invierno. Yo le doy la vuelta cada semana. Bueno, quiero decir que se la daba. Cuando mi chico me dijo que tenía un muelle suelto de su lado, dejé de de darle vueltas al colchón. Tendrá que sufrir él el muelle dichoso como un hombre que es. Yo no he nacido para sufrir la obsolescencia programada de los bienes que nos venden los capitalistas.
No os recomiendo este colchón. Los colchones de muelles no me están saliendo nada buenos, incluido este Colchón Maori Pikolin 135 x 190 cm que continua en mi cama de matrimonio. Lo compré porque se vendía con un 50 por ciento de descuento. Era de 859 euros y te lo dejaban en 429 euros. Los colchones son carísimos. Tienes que esperar las ofertas para poder comprar colchones nuevos. Encima no duran nada. Mi madre siempre se queja de que antes le duraban los colchones siete años y ahora los está cambiando cada dos años por pura necesidad.
Yo a este colchón le tengo una funda. No me gustaba nada su color gris calzoncillo. Me gustan los colchones azules.