Visitando Éfeso, en la actual Turquía, te das cuenta de como vivían los romanos de la época del Imperio Romano. visité la Biblioteca de Celso y me la imaginé llena de libros, de estudiosos romanos, de poetas, de gente culta. El Imperio Romano tuvo muchas ventajas, aunque no para todos. Los esclavos fueron su vergüenza.
Pero no hay que ponerse dramáticos. En Éfeso hay que soñar con los bueno. Mi chico y yo estuvimos en el Templo de Adriano y en su impresionante Teatro. Mi chico quiso ir a ver la Casa de la Virgen María. Se supone que pasó sus últimos años de vida en una casa de Éfeso que hoy son ruinas. No creo ni que sea cierto. Los historiadores son los mejores cuentistas del mundo munidal. Inventan más que una escritora de novelas rosas.
Os recomiendo visitar Éfeso. Por sus ruinas te das cuenta de que fue en su día una ciudad grandiosa. Es una pena que no la reconstruyan. Yo me apuntaría a pasar unas vacaciones en una ciudad romana. Iría a la biblioteca, al teatro y pasearía con mis hijas por sus jardines. No sé cómo no la reconstruyen.
Aún tal como está impresiona. Éfeso es una ciudad en ruinas interesante para cualquiera. Como os he dicho, sus ruinas te hacen soñar con la grandeza del Imperio Romano. Fue una de las doce ciudades jónicas a orillas del mar Egeo, situada entre el extremo norte de Panayr Dağ (el antiguo monte Pion) y la desembocadura del río Caístro. En aquellos lejanos tiempos tenía un puerto llamado Panormo. Al este se hallaban la colina de Ayasoluk, con el valle a sus pies, y la población actual de Selçuk, cerca del mar, el monte Pion y el monte Coreso (Bulbul Dagh), a cuyos pies se encontraba la ciudad antigua, donde están los edificios más ostentosos. Yo de todas sus ruinas me quedó con el Templo de Adriano y con el Teatro.