En esta opinión os voy a hablar de Cascais, una localidad preciosa y muy cercana a Lisboa, que visité cuando estuve en Lisboa.
Si vamos a Lisboa, una ciudad maravillosa, con un clima estupendo en verano, tenemos la pega de que no hay playa, así que si queremos ir a la playa deberemos trasladarnos a localidades cercanas como Cascais o Estoril, pueblos preciosos con playas maravillosas.
CASCAIS:
Cascais se encuentra a unos 30 km. de Lisboa. Es una localidad turística que tiene unos 30.000 habitantes, y le llaman la Marbella de Portugal.
Para trasladarnos desde Lisboa a Cascais, fuimos en tren, en el tren que hace el servicio entre Lisboa y Cascais. Este tren nace en Lisboa y muere en Cascais. Esta estación de tren se llama Cais du Sodré, y tiene conexión con la parada de metro del mismo nombre (línea verde del Metro). También aquí, en Cais du Sodré, hay una estación fluvial, en la que podremos realizar excursiones en barco.
Una vez llegamos a Cascais, tras un viaje de aproximadamente 30 minutos, salimos de la estación y nos encontramos con un lugar precioso, con casitas pequeñas, y las aceras con el mismo empedrado que el que hay en Lisboa, pero haciendo dibujos en el empedrado. El fondo blanco y los dibujos negros.
Muy cerquita se encuentra una de las playas que hay en Cascais, la Praia de Rainha, que es la playa en la que estuvimos una mañana. Para acceder a la playa bajaremos unas escaleras desde la calle, pero son muy pocos escalones los que hay que bajar.
Esta playa es pequeña, al igual que las otras que vimos paseando por Cascais, y es de una arena muy fina. La playa estaba bastante limpia. Tiene servicio de hamacas y sombrillas en un lado de la playa. A los lados tenemos rocas. También había un pequeño chiringuito.
Lo más llamativo en esta playa, y me imagino en todo el litoral, es que apenas nadie se bañaba, y es que el agua del Atlántico que baña estas costas está helada. Ya me habían dicho que aquí el agua estaba fría, pero no me imaginaba que fuera para tanto. Aún y todo, ya me dí un baño, pero muy corto...
Además de esta playa, hay otras playas urbana como la playa de la Concepción o la playa de la Rivera.
Una vez de haber estado en la playa, nos dedicamos a pasear por Cascais, y debo decir que el sitio es precioso, con sus calles estrechas y con el suelo adoquinado, que tienen un encanto especial.
Las calles estaban en todo momento llenas de turistas.
A la hora de comer no hay ningún problema, ya que tenemos multitud de restaurantes y bares en los que comer. La mayoría de los restaurantes tienen terraza en la calle para comer, algo que se hacía muy agradable con el buen tiempo que hacía. En cuanto a precios, debo decir que se nota que es un lugar turístico, ya que los precios no eran demasiado baratos, pero eran asequibles.
Eso sí, la comida, como en todo el tiempo en que estuve en Lisboa, era riquísima, y otra cosa que también he visto en Lisboa, las raciones que sacan de cada plato son enormes.
Además de la multitud de bares, terrazas y restaurantes, también hay muchas tiendas de souvenirs, y también tiendas normales.
En cuanto a los monumentos históricos que hay en Cascais, no puedo opinar ya que no vimos apenas nada, ya que sobre todo nuestra intención era ir a la playa y pasear.
Lo que sí vimos paseando fue el edificio del Ayuntamiento, en una plaza muy grande, y que es un edificio precioso, y que tiene en la parte de arriba unos azulejos en los que aparecen imágenes de santos.
CONCLUSION:
Es un lugar que recomiendo totalmente visitar, ya que es precioso, con unas playas urbanas pequeñas pero tranquilas, con una arena fina y limpia.
Además, paseando por sus calles no nos aburriremos, ya que hay siempre mucho ambiente gracias a la afluencia de turistas.