Hay que tener cuidado en el Parque Nacional de Peneda-Gerês en Portugal porque este parque del norte del país vecino está habitado por ciervos, lobos y peligrosas águilas reales. Yo fui con mi marido y no pienso volver. Cuando me dijeron que había lobos sueltos pro aquellos parajes, me metí en el coche y no salí del vehículo hasta que regresamos al hotel. Me horrorizan los animales salvajes peligrosos.
Mi marido y su madre hicieron senderismo por una vieja calzada romana. Yo me quedé en el coche escuchando música y rezando por ellos. Cuando quieren andar por el monte hay que dejarlos.
Antes de su sesión de senderismo, habíamos ido a un santuario que hay en un lado del parque. Se llama la iglesia de Nuestra Señora de Peneda. Llegas subiendo unas escaleras que me dejaron sin aliento. Mi suegra las subía de dos en dos. Yo iba escalera a escalera y no podía más.
Más bonito que el parque es el pueblo de Gerês, una localidad famosa por sus balnearios. Yo la conocía porque iba con mi madre y con mi abuela cuando era pequeña. En mi familia de origen los tratamientos con agua tienen mucho éxito. Fue en Gerês donde nos alojamos cuando fuimos a ver el Parque Nacional de Peneda-Gerês en Portugal.
No os lo recomiendo ni os lo dejo de recomendar. Es un monte salvaje con animales peligrosos sueltos. No te aconsejo ir en domingo. Es cuando hay más gente. Se forman colas en la carretera que rodea el parque de turistas y no turistas deseosos de disfrutar de la naturaleza salvaje. La disfrutan tanto que dejan los desperdicios por doquier. Deberían ser más cuidadosos. También lo deberían ser las autoridades portuguesas. No tienen ninguna señalización ni dentro del parque ni fuera. Deben querer que los visitantes del Parque Nacional de Peneda-Gerês en Portugal se pierdan.