Cuando fuimos a ver las Cuevas de Altamira nos encontramos con un pueblo precioso, Santillana del Mar, que bien vale una visita, pasando de las cuevas y de las pinturas paleolíticas. Es un pueblo con unas casas muy bien cuidadas, calles empedradas y un Museo de la Prehistoria que enamora a todos los visitantes.
Nosotros fuimos a la Colegiata de Santillana del Mar porque mi chico estaba muy interesado en conocer uno de los monumentos románicos más representativos de la región. Fue declarada Monumento Nacional de España. sin duda merece ese honor, pero a mí no me gusta el arte románico.
La siguiente visita fue más de mi agrado. Nos fuimos directos al Museo de Altamira, un centro para la conservación, investigación y difusión de la famosa cueva de Altamira, en Santillana del Mar, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, según nos contaron en este museo con todo lujo de detalles. Estaba hasta los topes de gente. La gente está más interesada que yo por las pinturas prehistóricas y todo lo que se conserva de la primera etapa de la Humanidad.
Siguiendo con nuestro paseo, acabamos en el palacio de Velarde, también llamado palacio de las Arenas, es un edificio situado en la plaza de las Arenas. No faltaban palacios en los lejanos siglos. Este palacio es del siglo XVI por un ricachón de la zona. Los ricos siempre vivieron en buenas casas.
Tras el palacio mi marido quería llevarme al Convento de San Ildefonso. No estaba para más monumentos y edificios antiguos. Nos fuimos de tapas por el casco viejo de Santillana del Mar. Hay bares que tienen unas tapas tan buenas como las que encuentras en los bares del País Vasco. Sólo por las tapas y por lo bien que se come en sus restaurantes, os recomiendo visitar Santillana del Mar, un pueblo lleno de turistas en el que no te aburres.