Estuve varias veces en el Hotel Polamar en Santa Pola, Alicante, la última con mis hijas y mi chico. Es un hotel que está en la mismísima playa, lo cual me viene de cine porque mis niñas son de las que no quieren dar un paso. Por eso salir del hotel y meterme en el arenal es perfecto para evitar rabietas. No sólo tiene una buena ubicación este hotel, también tiene un personal muy atento con los huéspedes. Te tratan como si fueras de su familia y se desviven por los niños.
Es un apena que las instalaciones del hotel no estén a la altura del buen hacer de sus empleados. Este hotel necesita una renovación a gritos. Si lo remodelaran, podrían conseguir una estrella más. Tiene tres estrellas. Por su personal merecería cinco. Por sus instalaciones viejas de tanto uso le daría dos siendo generosa.
Nuestra habitación era de las mejores, amplia, con suelos de tarima de madera clarita y muebles baratos. Mis hijas decían que su cama auxiliar era blandita. No puedo decir lo mismo de la cama de matrimonio en la que dormimos mi marido y yo. Era más dura que las piedras del suelo. Tampoco me gustó mucho el cuarto de baño. Parecía el baño de un piso de barrio. Yo hubiera empezado por quitarle la cortina de la bañera. De hecho se la quité. Le dije a la camarera de habitación que la dejara tal cual. No quería cortina. Era una cortina blanca que se veía limpia, pero no me gustan las cortinas en las bañeras.
No descarto volver a este hotel. Un tío mio vive en Santa Pola y vamos bastante a verlo. El Hotel Polamar en Santa Pola, Alicante es un hotel con unos empleados de diez. Volveré por el personal, no por las instalaciones. Como os he dicho, mejorarían mucho si las actualizaran. El hotel está a pie de playa. Todo un lujo en Santa Pola.