Me gusta Salamanca para pasar una tarde tranquila cuando el verano no pide playa y el invierno no pide tampoco mejor tiempo. He pasado fines de semana muy felices con mi familia paseando por las calles de esta ciudad castellana llena de encanto si se lo sabes buscar. Salamanca es una ciudad famosa por su universidad, pero tiene más que facultades llenas de Historia.
Salamanca es su plaza mayor, sus dos catedrales, su Museo Modernista, sus bares, sus restaurantes, sus tiendas, su gente... Todo esto he descubierto en mis visitas a Salamanca.
Mi marido se empeña siempre en llevar a las niñas a ver la Universidad. No creo que nuestras hijas elijan esta universidad para hacer sus estudios universitarios cuando toque. Espero que sigan los pasos de su madre. Tampoco falta una visita a la no menos famosa plaza mayor de Salamanca. Nos sentamos en alguna terraza y tomamos unas tapas de tortilla. Yo no me perdono una tapa de tortilla al margen de las especialidades culinarias de la ciudad que visitemos. Mi marido no se perdona un buen vino. Sólo uno porque nunca le permito que se emborrache. Hay que tener cuidado con los hombres. Empiezan con un vino y terminan con un barril en el estómago.
Lo que yo más disfruto de Salamanca es su Museo Modernista. Tienen una colección de art decó impresionante. Mi chico prefiere ir de catedrales. Delante de la fachada de la Catedral Nueva se para y no se mueve hasta que las niñas descubren la estatua del astronauta que añadieron en el año 1992. La catedral se llama nueva pero es de estilo gótico y barroco. La llaman nueva porque tienen otra más vieja.
Os recomiendo visitar Salamanca. NO te pierdas su Plaza Mayor. Es donde está la vidilla de esta ciudad castellana por sus cuatro costados. Otras cosas como la Casa de las Conchas o edificios como el del convento de San Esteban no tienen tanta importancia para un turista que vaya a divertirse de verdad y no a tener una clase de Historia del Arte in situ.