Me gusta ver películas antiguas en casa. El pasado sábado vimos El hombre que mató a Liberty Valance de John Ford, un filme que nos entretuvo durante los 119 minutos que dura y me hizo más llevadera la visita de una cuñada a la que no aguanto.
En El hombre que mató a Liberty Valance de John Ford nos metemos de cabeza en el lejano Oeste con un joven abogado que marcha hacia allá con sus libros y con el reloj de oro de su padre. Va en plan él se lo guisa y él se lo come. Está dispuesto a todo con tal de triunfar. Empieza asaltando una diligencia y acaba de pinche de cocina. Por algo hay que empezar en la legalidad o en la supervivencia legal. Si no eres rico, te metes a pinche de cocina, una profesión muy digna.
Pero para nuestro protagonista eso de ser pinche de cocina es poca cosa. Se nos junta con un periodista alchólico y ahí empieza lo bueno de la película. Vemos como Rance-Stewart vacila ante la asamblea que quiere nombrar senador al hombre que mató a Liberty Valence. Vemos también como se aleja el tren y resuena el elegante desdén de un periodista piadoso.
James Stewart, John Wayne, Vera Miles, Lee Marvin, Edmond O'Brien, Andy Devine, Ken Murray son los actores que dan vida a esta película del año 1962. Os la recomiendo. En ella ves buen cine antiguo. Es lo que dice mi chico, un mejor entendedor de cine que servidora. Yo lo que veo es bastante acción, actores antiguos guapos y una trama que me sirvió para entretener a mi cuñada. No descarto volver a ponerla otro día en casa cuando tenga una visita que no sea de mi gusto. Mi cuñada estuvo embelesada mirando la pantalla. Se olvidó hasta de mí teniéndome delante. El protagonista de la película captó toda su atención. No era para menos.