Cuando fuimos a la Sierra de Albarracín a hacer un viaje en todoterreno para pasar un fin de semana distinto me sentí como si estuviera haciendo un viaje al pasado. Yo soy muy urbanita y no me imagino viviendo sin prisas en pueblos casi deshabitados. La Sierra de Albarracín está en Aragón, en concreto en la provincia de Teruel. Poco paramos en su capital, Albarracín. Mi chico estaba empeñado en coger setas. Las recolecta y se las vende a las amistades. Mi marido es muy fenicio.
Setas encontramos hasta aburrirnos de ir cogiendo. El monte estaba lleno de setas por todas partes. Se notaba que empezaba el otoño. Nosotros fuimos por las zonas de fácil acceso. Mi marido conocía la zona de otros viajes que había hecho con sus amigos. Para mí era la primera visita a aquellos parajes llenos de vegetación un tanto descuidada. Esto se explica porque poca gente vive en el campo y, la que vive, no está para cuidar sus montes. Son personas mayores o jóvenes que van quedando en el campo porque no se les ocurre hacer otra cosa.
Un paisano de un puelito nos advirtió que no se podían coger todas las setas. hay quehacer una recolección sostenible. Las autoridades locales temen que los visitantes y los autóctonos acabemos con las setas. No se acaban. Cuantas más pillas más nacen. En todo caso, nosotros no nos encontramos con ningún policía o con los guardabosques. Esa norma de la recolección de setas sostenible debe quedarse en el papel escrito. En la práctica nadie controla no siendo algún viejo que se ha vuelto ecologista mirando la televisión.
Lo que también vimos en la Sierra de Albarracín, además de setas, fue bastante basura. Mi chico decía que era de los que hacían senderismo. Tiran de todo sin pensar en el medio ambiente. Yo creo que también era de la gente de la zona. Hoy en día hay mucho descuidado por todas partes. Deberían tirar sus desperdicios en contenedores de basura.
Os recomiendo visitar la Sierra de Albarracín. Es un trocito de Naturaleza que puedes visitar sin pagar. Los paisanos de la zona tratan muy bien a los visitantes, sobre todo los de los pequeños bares de los pueblos. Lo que quieren son turistas que dejen sus dineros en la zona.