No pensaba darle tanto uso a la Bota térmica DAGA como le estoy dando. Fue un regalo de mi marido que no recibí muy bien en septiembre. Hoy se ha convertido en un imprescindible mientras veo la tele de noche en casa. Meto mis pies y me quedan calentitos.
Es una bota ancha, en la que te caben los dos pies por grandes que los tengas. Su potencia es de 100 w. No tiene mucha potencia, pero te aseguro que le llega de sobra. Es una bota térmica segura. Yo temía que me quemara. No es el caso. Tiene un sistema de autostop que evita que te queme los pies si la temperatura va para arriba más de la cuenta.
Lo que le cambiaría es el tejido interno. Es de color blanco y muy manchadizo. Yo ya se lo he tenido que quitar unas tres veces para lavarlo. Noto que le ha encogido un poco con los lavados. El tejido interno es de microfibra, pero no debe ser una microfibra de buena calidad porque los lavados no le sientan demasiado bien. Lo seguiré lavando cuando le haga falta porque no aguanto la suciedad.
Os la recomiendo. También os recomiendo meter los pies con calcetines. Meterlos sin calcetines me parece una cochinada aunque seas tú sola la que uses la bota. En mi casa la estoy utilizando yo sola. Mi marido no es nada friolero. La friolera de mi casa soy yo.
El diseño de la Bota térmica DAGA no enamora. Yo nunca la compraría por su diseño. Es gris, con la parte de arriba en blanco y el interior también de color blanco. Es una pena que no la vendan en color rosa, el color más femenino que hay. Yo hubiera preferido que fuera toda gris, aunque sería más en plan feo. Lo hubiera preferido porque un interior blanco es manchadizo y lo mismo puedo decir del bordillo blanco de su parte de arriba.