No me acaba de convencer Yoomers, una aplicación que te permite ir a comer a casas de particulares que se anuncian en la aplicación poniendo precios a sus platos. Mi hermana me convenció para ir a comer en Madrid a la casa de unos señores donde ella había comido otras veces. Me resultó algo incómodo. Era como si fuera la pobre mujer que aquellos cocinillas sentaban a su mesa. Es cierto que les pagué la comida, pero no es lo mismo que ir a comer a un restaurante. Entre comer un menú del día menos rico y un menú de casa más sabroso gracias a Yoomers me quedo con lo primero.
Esta aplicación no lleva mucho tiempo funcionando. Todavía tiene poca presencia en todo el país. Donde hay más oferta para comer es en Madrid. Me dijo mi hermana que hay unos cuatrocientos usuarios en toda España. Seguro que hay más dentro de un año o dos. La gente es una fisgona. Le abren una casa habitada y allí van a mirar si tienen unos sillones mejores que los suyos. Yo no estoy en el club de los cotillas. No me siento cómoda en la casa de unos desconocidos.
Por tanto, no os recomiendo ni os dejo de recomendar Yoomers, una aplicación que pone en contacto a anfitriones cocinitas con invitados comilones. El anfitrión publica sus anuncios con los correspondientes precios. El invitado elige a donde va a comer. Como os decía, no hay mucho donde elegir todavía.
Se supone que esta aplicación es una aplicación de economía colaborativa. Digo se supone porque los dueños de la aplicación llevan una comisión del precio que pagas al anfitrión. La economía colaborativa también tiene pagos. Nada se salva del duro capitalismo. Yo no creo que vuelva a tener una experiencia con Yoomers. No me gusta el sistema. Otro motivo para no tener esta experiencia es que los platos que te sirven no están a la altura de las fotos que publican en la aplicación. La familia que nos invitó a su casa a comer se notaba que se ganaba la vida vendiendo comidas. Era un ingreso extra para ellos.