¡¡Buenas a todos!!
En mis vacaciones a Portugal tuve la gran suerte de conocer este famoso puente de Lisboa, el Puente 25 de abril y os vengo a hablar ahora sobre el mismo.
CARACTERÍSTICAS DEL PUENTE
El Puente 25 de abril es un símbolo de la capital portuguesa, de Lisboa, y se encuentra en la zona metropolitana de la ciudad. Tiene una longitud de unos 2 kilómetros y sobre él se desplazan vehículos y trenes de un lado al otro sobre el río, el río Tajo.
En su día se le iba a denominar puente Salazar pero tras la revolución portuguesa en el año 1974 y coincidiendo con el día 25 de abril, adoptó finalmente el nombre con el que se le conoce.
Está construido de acero y predomina en él, el color rojo.
MI EXPERIENCIA PERSONAL
La verdad que anteriormente ya conocía su existencia debido a gente que tengo en el Facebook, que han colgado fotos de Lisboa y aparecía por detrás este puente. Además se asemeja y nos recuerda mucho a otro puente de color rojo que se ubica en Estados Unidos, el famoso puente de San Francisco.
Pero no tiene nada que ver, ya que el otro se encuentra en América y este es europeo.
Cuando cogimos el hotel de Portugal, desde google maps me hice una idea de por dónde tenía que ir en coche dentro de Lisboa para llegar a nuestro hotel. Nuestro hotel se encontraba en la Costa da Caparica, al otro lado de Lisboa teniendo que pasar el río Tajo así que este puente era camino obligado para llegar a nuestro destino.
La verdad que al llegar a la ciudad de Lisboa, debido a sus dimensiones pensé que se vería desde cualquier parte. Pero no era así ya que al entrar en una ciudad como Lisboa, capital de Portugal, poco acostumbrado estaba a conducir por una ciudad como ésta y más cuando no conoces absolutamente nada. Solo sé que tenía que llegar a este puente y que lo tenía que pasar por encima, pero ni rastro.
Al poco tiempo pude apreciarlo allá a lo lejos. Ya desde la lejanía me pareció realmente enorme pero llegó el momento de cruzarlo. De repente me vi con nuestro pequeño coche metido en un puente como éste, el 25 de abril. ¡¡¡Vaya pedazo de puente!!!
Lo primero que me sorprendió fue el tamaño que tiene, la altura y la longitud que abarca. En aquel momento iba conduciendo y poco podía ver, solo la estructura y poco más y que aquello no acababa nunca.
La circulación de coches que había en ese momento era muy elevada. Yo la verdad que iba a una velocidad prudencial porque iba en el carril de la derecha, creo recordar que a 70 km/h porque no se puede ir a más, y las ruedas de mi vehículo iban por un suelo enrejado que no asfaltado.
Notaba que la adherencia de las ruedas no era muy fiable y viendo lo grandioso que era ese río desde arriba me entró el consiguiente acojono. Tras un buen rato, conseguimos pasar el puente y ya estar al otro lado del río.
Días posteriores, cuando volvimos a Lisboa en transporte urbano, ya pude apreciar con mis ojos aquella maravilla.
Ya hablando del tamaño que tiene es grandioso. Desde que lo empiezas hasta que lo cruzas te tiras un buen rato. Además, desde allí arriba las vistas que tienes son realmente espectaculares ya que se ve todo Lisboa bajo tus pies además de cruzar un río Tajo imponente y tremendamente ancho. Te da por pensar que como ese puente se rompa, se puede liar una gordísima.
No os podéis imaginar todo lo que me gustaba pasar día tras día por este puente. Lo malo que para entrar a Lisboa, hay un peaje y además de tener que pagar, se forman unas largas colas que empeoran mucho la circulación. No era nuestro caso ya que al ir en transporte público, tienen un acceso más rápido y no paran.
Días más tarde pude apreciar desde Lisboa, que bajo la carretera han preparado también unas vías del tren y funcionan. ¡No puede estar mejor aprovechado!
A destacar el ruido que se oye constantemente ya que no deja de pasar vehículos a todas las horas del día.
CONCLUSIÓN
Claramente, después de todo lo dicho, os lo recomiendo totalmente. Yo tuve la suerte de poder conducir por encima de él y fue una experiencia acojonante.
Un saludo a todos.