Lo que no me gustó nada del Xalet La Coromina, en Viladrau, Girona, son las enredaderas que recorren las paredes de sus fachadas. Le dan sensación de suciedad. No me gustan las enredaderas. Los dueños deben considerarlas bonitas igual que muchas familias burguesas las consideran decorativas. He visto muchas casas con estas plantas trepadoras por sus paredes.
El Xalet La Coromina, en Viladrau, Girona, no es nada lujoso en su interior. Fue construido a principios del siglo XX por una familia de la burguesía catalana. Tenían dinero. Pero la casa no es enorme. Sólo tiene ocho habitaciones. Mi marido quería coger la suite de la buhardilla. La rechacé cuando vi aquellas habitaciones de techo bajito. Preferí quedarme con una habitación normal.
Lo más llamativo de este pequeño hotel es su fachada. Aunque no te guste, no dejas de quitarle fotos porque tiene su gracia. Las fotos que consigues son de postal. Les hicimos fotos a las niñas delante de la casa y son preciosas.
Os recomiendo este pequeño hotel tanto por las fotos que te puedes sacar con la casona de fondo como por su restaurante. Se come bien en el restaurante de la planta baja. Ofrece una carta basada en platos elaborados con productos de temporada. Nosotros poco salimos. Hicimos todas las comidas en el hotelito. También pasamos muchas horas de ocio jugando a las cartas en el salón de té junto a la chimenea. Tuvimos la mala suerte de que nos tocó un fin de semana de lluvia. Una pena. Me hubiera gustado hacer alguna caminata por los alrededores. Mi marido se reía de mí. Siempre dice que me apetece hacer senderismo cuando no se puede hacer por culpa de la lluvia.
El restaurante es la parte más lujosa del hotelito. Las habitaciones son muy de casa particular con sus paredes pintadas en verdes, rosa y tonos pastel en general. Sólo la suite tenía las paredes pintadas de blanco.