Acerca de:Asador Pimpollo [Vitoria-Gasteiz]
Ventajas:Pollo sabroso y nada seco
Desventajas:Local algo pequeño
¡¡Hola de nuevo!!

En esta ocasión vengo a hablaros de otro restaurante que he probado en Vitoria y la verdad que me encantó, os quiero hablar del restaurante Pimpollo.

Este restaurante se encuentra situado en pleno centro de la ciudad, en
pleno Casco Viejo justo en una cuesta que sube a las calles principales del casco antiguo. En frente, a pocos metros, se encuentra el centro cívico Aldabe. Lo malo de esta calle es que está bastante frecuentada por gente un tanto extraña, gente no con muy buenas intenciones para que os hagáis una idea. Os podéis encontrar borrachos, gente drogada y por el día hay bastante extranjero, aunque no es una cosa mala, es una cosa que choca porque hay un gran grupo que da la sensación que se han adueñado de la calle.

El local lo conozco desde bien pequeño, su letrero es bastante llamativo con una especie de gallo atravesado por un gancho encima de una cazuelita. Esa imagen sigue ahí desde hace muchísimos años, los mismos que tiene el local que nunca ha cerrado desde su existencia, aunque en la actualidad ya sí. El local por dentro es más bien pequeño, tiene una zona de bar donde se pueden ver como se asan los pollos y un pequeño comedor a la izquierda que es donde cenamos nosotros.

Elegimos este local en la noche de carnavales para cenar con la cuadrilla. Nada más llegar una señora mayor súper simpática nos asignó la mesa y hubo un pequeño problemilla con el recuento de las sillas, había sillas por una parte y bancos largos por otra, aun así no entrábamos todos. Fue un problema de que no sabíamos cuanta gente íbamos a ser esa noche, al final fuimos más de los esperados y por eso no entrábamos. Cenamos bastante apretados eso sí, pero fue nuestra culpa más que nada. Aun así el comedor es muy pequeño y estábamos muy muy pegados a otras mesas que ese día también estaban cenando. El decorado del restaurante es muy rústico, mucha madera robusta con aspecto un tanto a local vasco.

Pedimos unos cuantos pollos para cenar, porque aunque no os he comentado todavía, la especialidad de este local desde siempre son los pollos asados, de ahí el logotipo de la puerta. Os juro que en mi vida había probado un pollo asado tan rico. Lo normal de la mayoría de los pollos asados es que la pechuga esté súper seca y no haya forma de tragarla, pues bien, en estos pollos, hasta la pechuga estaba súper tierna y muy sabrosa, ¡¡es una pasada!! Pues imaginaros si la pechuga estaba buena, como estaba el resto del pollo, es que te chupabas los dedos literalmente porque ahí cenamos todos como caníbales, nada de cubiertos, ¡con las manos! Cuanto más te pringas al comer, más rico sabe. El pollo además venía acompañado de patatas fritas que estaban muy buenas también, yo creo que las patatas no eran del supermercado, eran recién sacadas de la huerta, ¡¡muy buenas!! Creo recordar que también pedimos algo de ensalada y al igual que el resto de la comida, la ensalada estaba muy buena y era muy completa.

La atención por parte de la señora fue estupenda, cenamos de maravilla. Me encantó el pollo, la verdad. De precio no resultó ser nada caro, así que este local me gustó un montón. La de veces que lo había visto y nunca había entrado, no me importaría ahora repetir de nuevo en cualquier momento. Os lo recomiendo totalmente.

Un saludo a todos.
Fecha:20:33:49 17/05/19
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes