Nunca olvidaré nuestras vacaciones románticas en la Isla de Corfú, la segunda isla más poblada de Grecia. Me llamó la atención que hubiera tanta población local en esta isla de 220 kilómetros de costa. Esperaba encontrar multitud de turistas, pero no pensaba que hubiera tantos griegos.
La isla tiene valles, montañas, playas, fiesta, tranquilidad en otras zonas. Nosotros fuimos hasta los macizos montañosos que alcanzan los mil metros sobre el nivel del mar en el monte Pantocrátoras para que mi marido pudiera hacer sus fotos. Colecciona fotos de los lugares que visitamos. En el norte de Corfú pudimos ver campos de olivos, pequeños valles tan verdes como los campos de Galicia y unas costas en las que se alternaban bahías pequeñas con bahías de mayor tamaño.
La parte central de Corfú gustó menos a mi chico. Es la parte más poblada, un Corfú caracterizado por su densa vegetación y por sus colinas frondosas. A mi chico le gustó el sur de la isla, donde están las tierras más fértiles. Está pensando en hacerse agricultor. Será cuando sea viejo. De momento, la vida agrícola no está en mi planes.
En nuestro recorrido romántico por Corfú visitamos Kanonini, Gastouri, la preciosa Ciudad vieja de Corfú y Lakones. Mi chico quería ver las cuevas de Paleokastritsa. No se lo permití. Los hombres enseguida convierten un viaje romántico en un viaje arqueológico. A mí me daba igual como vivían los pueblos primitivos de Corfú. Es más interesante lo que ofrece la isla de lujo para los turistas de hoy en día. A donde sí fuimos fue a la playa Paradise. Sólo se puede acceder por mar. Esto me daba un poco de miedo. ¿Qué pasaría si no venían a buscarnos? Mi chico encontró un viaje organizado para ir a la playa Paradise. Así fui más tranquila. Éramos un grupo bastante grande y seguro que no se atrevían a dejarnos abandonados en esta bonita playa.
Os recomiendo visitar Corfú. Debes hacer un recorrido por toda la isla para conocerla. Quedarte en el hotel no tiene gracia cuando tienes una maravillosa isla para descubrir.