Mi marido sólo compra zapatos Camper. Los zapatos que tiene de otras marcas se los compré yo o se los regaló su madre. Es un chico Camper. Compra esta famosa marca de zapatos y complementos para hombre, mujer y niños tanto en tiendas físicas como en la tienda online de Camper. Últimamente está comprando más online. No le importa devolver zapatos si no le resultas cómodos o no son exactamente su número. Camper acepta devoluciones.
La gran ventaja de esta marca es que tienen unos zapatos que no rompen nunca. Mi chico tira los zapatos Camper no por viejos y rotos sino por puro aburrimiento. No puedo decir lo mismo de los zapatos de otras marcas. Dice mi chico que son zapatos que no deben fabricar en China. Seguramente los fabrican también en el país de la muralla, pero, pagan más, y el producto que llega al consumidor es mejor.
Yo no soy tan clienta de Camper como mi chico. Voy a lo barato. Lo reconozco. Y Camper no es una marca barata. Pagar por unos zapatos o unas botas 145 euros es mucho pagar para mi. Soy una ama de casa, con algunos negocios y madre de dos hijas. No puedo permitirme tanto gasto. Además, los diseños que tiene Camper para mujeres no son de mi gusto. Las botas para chicas las veo muy masculinas. Tengo una sobrina adolescente que le encantan. Yo casi las odio. Me regaló las Navidades pasadas unas botas Camper mi marido y sólo las puse un par de veces. Son cómodas y calentitas, pero no me gustan. Las veo de chico.
Pese a todo, os recomiendo Camper. Una marca famosa siempre es una marca famosa. Está bien para regalar un bolso o unos zapatos porque la gente se vuelve loca cuando abre un paquete y se encuentra con un regalo de marca.
Deberían reducir un poco sus precios, sobre todo en calzado infantil. Mi hija mayor se enamoró de unas botas blancas más botín que bota y me costaron 99 euros. Las pagó su padre, por supuesto. Yo me hubiera llevado la niña a un bazar chino y la hubiera calzado por diez euros.