Nuestras últimas vacaciones en Cantabria fueron inolvidables. Nos alojamos en la Casona del Peregrino en Terán de Cabuérniga en Cantabria, una casona que fue construida en el año 1698. Es una casona barroca, pero no muy barroca. No esperes encontrar una arquitectura recargada como la de las catedrales construidas en el siglo XVII. Es una casona típica de montaña. Tiene una fachada robusta cruzada por un gran balcón en su planta superior. El balcón le queda muy bonito.
Mis hijas estaban entusiasmadas en la casa. Fue llegar, ver la fachada y quedar enamoradas. Nos preguntaban si era la nueva casa de su abuela. No era la casa de mi madre, pero era mucho mejor porque allí nos lo daban todo hecho. No había que limpiar, ni cocinar, ni poner la mesa. Nada más entrar por una de las puertas enmarcadas en arcos de piedra me sentí mejor que en la casa de ninguna abuela. a mí no me gusta hacer de ama de casa y mucho menos ser la criada de mi madre o de mi suegra.
Hacía frío fuera, pero dentro de la casa estabas como en el séptimo cielo. Las paredes de termoarcilla ayudan a que la vivienda sea cálida. Las puertas macizas te dan seguridad cuando estás en tu habitación. En esta casona hay mucha madrea suelos de madera, puertas de madera maciza. Las paredes de las habitaciones están todas pintadas del mismo color amarillo pastel. No me gustó nada el color. De hecho, les pedí otra habitación de otro color. Me dijeron que no tenían. Un gran fallo. El amarillo es un color que a veces me pone de los nervios. Pero me habitué. Mi familia estaba contenta en La Casona del Peregrino en Terán de Cabuérniga en Cantabria y su felicidad es mi felicidad.
Nuestra habitación tenía vistas al arroyo. Era relajante asomarte a la ventana y ver pasar el agua del riachuelo. Otra ventaja de nuestra habitación era el silencio. No oías ni el trinar de los pájaros. No me extraña que los dos días que estuvimos nos quedáramos dormidos hasta las doce de la mañana.
Os recomiendo La Casona del Peregrino en Terán de Cabuérniga en Cantabria. Te tratan como a una reina. No debes perderte el salón con chimenea. Es perfecto para leer. Yo terminé una novela que tenía pendiente sentada en un sillón al lado del fuego. Tampoco debes perderte el restaurante. Tiene una decoración un tanto llamativa con unos azulejos originales y un horno de leña. Me dijo uno de los camareros que el horno de leña lo habían traído de Zamora. Un horno reciclado. Está bien que la gente recicle y les dé nuevas vidas a los productos. Se come muy bien en el restaurante de La Casona del Peregrino en Terán de Cabuérniga en Cantabria. Yo no pude dejar de probar todas las especialidades de cocina de montaña que tenían en el menú. No fuimos a comer a otro restaurante.