La Isla de Ons en Pontevedra es un trocito de paraíso que sólo se puede visitar con permiso de la Xunta de Galicia. Temen las autoridades que el turismo eche a perder esta pequeña isla de seis kilómetros de largo por kilómetro y medio de ancho. No están faltas de razón. El turismo masivo es muy perjudicial para los entornos naturales.
A mi chico le encantan las playas de la Isla de Ons. Son en total cinco arenales en los que las dunas se tapizan con retama y brezo. La misma frondosidad la encuentras en sus reservas de marisco. Yo nunca cogí nada. Creo que no se puede. Pero da gusto ver los percebes, las navajas y los pulpos. Los pulpos los pude contemplar en una ocasión que me animé a bucear con mi chico. No bajé mucho porque me da miedo, pero valió la pena mi osadía.
El viaje a Ons que más disfruté fue uno que hicimos llevando bicicletas. Las bicis las puedes llevar en el barco. Fue un viaje inolvidable porque pudimos recorrer toda la isla en bicicleta. No te cansas nada. Cuando nos cansamos de andar con las bicis por caminos de tierra paramos en un bar para saborear la caldeirada de pulpo. Estaba que te chupabas los dedos. Yo aproveché para comprar unas empanadas de zamburiñas. Te las venden en los restaurantes que hay en el barrio del Curro. No dejes de probar los postres. Están que engordan con sólo mirarlos.
Os recomiendo visitar la Isla de Ons en Pontevedra. Nosotros fuimos en barco desde Sanxenxo. También salen barcos para Ons de Baue y Portonovo. El trayecto en barco dura unos 40 minutos, pero no te mareas nada, sobre todo si haces el viaje en verano cuando no hay oleaje malo.
Creo que volveremos el próximo verano. Mi chico quiere quedarse en el camping Chán Da Pólvora. Está a 1 kilómetro de la playa As Dornas. Los del camping te arreglan lo del permiso de la Xunta si le alquilas un espacio. Yo casi prefiero quedarme en uno de los alojamientos que hay junto al muelle. Ya veré lo que hago. Los camping no me gustan demasiado. Lo que sí me gusta es la isla de Ons. Te aseguro que es preciosa.