Estoy escandalizada con los precios de las galletas Gullón. Esta marca de galletas sin azúcares añadidos está poniendo los precios de sus productos en las nubes. A río revuelto ganancia de pescadores. Los dueños de Gullón han encontrado su río revuelto en la crisis del coronavirus que estamos sufriendo en este país nuestro y en el resto del mundo mundial. Pagar 25 céntimos más por las galletas rellenas de chocolate es mucho pagar. Pero pasar de pagar 1,54 euros a pagar 1,95 por las galletas María te hace dejarlas en el lineal de galletas del supermercado.
Fue lo que hice yo. Esta mañana mismo acabo de dejar en el líneal de un Eroski estas galletas María sin azúcares añadidos de la marca Gullón. Me salía de presupuesto. Yo llevaba para hacer la compra diez euros. Si metía las galletas me iba de los diez euros, porque una no sólo compra galletas para su alimentación del día a día. También hay que comprar el pan, algo de fiambre y de la carne ya paso. Las carnes y los pescados frescos son para los ricos. Me he hecho vegetariana por pura necesidad.
Lo de las galletas Gullón es muy fuerte. En el lineal del supermercado quedaban pocos paquetes. No sé si es que las están vendiendo como rosquillas en las verbenas o si ponen pocas cajitas de galletas para que la clientela piense que se agotan y les eche la mano sin mirar el precio subido como la espuma de la bañera. Mañana tal vez las compre, o pasado. Miraré en otro supermercado a ver si las encuentro unos céntimos más baratas.
No os recomiendo las galletas de la marca Gullón por el precio. Si puedes pasar sin ellas, no las compres. Nos están estafando, y nos estafan en un momento de crisis. Eso no se hace. Mi madre ya me dijo que las hacíamos en casa y punto. Tiene razón. Te sale más barato hacer galletas sin azúcar en casa que comprarlas hechas.
Lo que me gusta de estas galletas es su sabor muy a galleta María y el envasado. Dentro de la caja de cartón vienen dos paquetes. La caja de cartón protege mucho las galletas. Nunca me ha salido ninguna rota. Es una pena que los de Gullón suban los precios. Las organizaciones de consumidores deberían tomar nota para presionar a una empresa que fabrica galletas sin azúcares añadidos, unas galletas muy necesarias en las despensas de las personas que no pueden consumir azúcar o que quieren comer más sano.