El Jabón Lagarto sigue existiendo. Yo compré el otro día dos pastillas de Jabón Lagarto Natural en un bazar chino. Me costó el pack 1,20 euros. Son dos pastillas de 1,25 gramos cada una. Me cundirán bastante porque sólo uso este jabón para quitar manchas.
Lavar con Jabón Lagarto las prendas delicadas como hace mi hermana es un desastre. A ella le funciona, pero a mí no. Probé a lavar una camisa de seda muy finita con Jabón Lagarto y casi me cargo la camisa. En cambio, como quita manchas es perfecto. Esas manchas de sudor, de desodorante e incluso manchas de café salen a las mil maravillas dándole un frotado con la pastilla de jabón Lagarto a la prenda mojada antes de meterla en la lavadora.
Mi suegra usa el Jabón Lagarto como lavavajillas cuando no hay el correspondiente líquido. Lo hizo durante este confinamiento. La pobre estaba tan asustada que no se atrevía a salir a la calle para ir al supermercado. Quedé a cuadros cundo me contó que había fregoteado los platos con un estropajo bien untado de Jabón Lagarto. De haberme dicho que no tenía líquidos para fregar platos, le hubiera llevado yo la compra.
El Jabón Lagarto es inconfundible por su olor a jabón de lavar la ropa. Aunque no tengas el plástico del pack quitado, te da olorcillo. También es inconfundible por su color blanco. Me gusta. Por eso os lo recomiendo. Mi suegra sigue utilizándolo para desengrasar las cacerolas. Es una mujer de costumbres contantes una vez adquiridas. Yo recomiendo este Jabón Lagarto, que encuentras a vender en algunos supermercados y en los bazares chinos, para lo que es: para lavar la ropa. Este es el uso que le dieron nuestras madres y nuestras abuelas. Para mí el Jabón Lagarto es el jabón que quita manchas de café de mi ropa. Me ha salvado más de una camisa blanca del cubo de la basura.