Pasamos unos días muy agradables en Mikasa, una casa rural de Agua Amarga en la provincia de Almería. Es una casa rural muy andaluza en su decoración, pero con los toques modernos suficientes como para sentirte viviendo lo mejor del turismo de sol y playa rodeado de tranquilidad rural.
Me gustó su arquitectura blanca, llena de luz, con pequeños detalles que te hacían olvidar de tu casa para sentir Mikasa como tu hogar de verano. Lo lujos son desconocidos tanto en su interior como en su exterior. Los propietarios de Mikasa optaron por la sencillez en la decoración, mimando cada toque distinto guiados por el buen gusto.
Nosotros cogimos un par de habitaciones, las dos con los suelos de mármol rosa sin pulir. Entrabas en la habitación y notabas un olor a lavanda encantador. En el techo, un ventilador ayudaba a quitar el calor. Nos tocaron cuatro días de altas temperaturas. El ventilador del techo consiguió el milagro de sentirnos fresquitos.
No es un alojamiento ruidoso. Los huéspedes saben que a Mikasa se viene a descansar y a permitir que los demás descansen. Apenas ves niños. Cuando estuvimos nosotros los únicos críos que había eran nuestras niñas.
Mis hijas se sintieron las reinas de Mikasa en el jardín trasero. En la piscina nadaron hasta quedar agotadas. Su padre y yo, tumbados en sendas tumbonas, veíamos como disfrutaban de un agua estancada muy limpia. Aprovechamos para leer libros pendientes mientras las niñas estaban en su salsa.
Lo que nunca olvidaré de Mikasa son sus desayunos. Servían unos desayunos familiares que te quitaban el hambre para todo el día. Los huevos al plato estaban deliciosos. Lo mismo puedo decir de los muffins caseros.
Os recomiendo Mikasa. Vas por la autovía de Murcia a Almería, tomas la salida a Venta del Pobre y Carboneras y un desvío que hay hacia Agua Amarga. Hablando de Agua Amarga he de deciros que no debéis perderos su playa. Puedes ir andando desde Mikasa. A donde no puedes ir andando es al Cabo de Gata: queda a 40 kilómetros. Fue mi decepción. Pensaba que quedaba más cerca. Por eso dejamos una visita al Cabo de Gata para otra ocasión.