La vecina de Jesús de Toño Casado es una novela que se lee de un tirón. Puedes pensar que no es nada nuevo bajo el sol porque Jesús es Jesús de Nazaret y la vecina es la vecina del visillo que no hace mucha gracia. Pero piensas mal. La mezcla de realidad histórica y realidad inventada es un cóctel que engancha.
Damiana, la vecina del mismísimo Jesucristo, es una señora mayor que nos va contando la vida de Jesús. Ella es su vecina. Se asoma a la ventana y ve como Jesús va haciendo su labor evangelizadora. La vida de la Palestina de Jesucristo está salpicada de datos de nuestra moderna realidad. Así vemos como un zaqueo, es decir, un recaudador de impuestos está pendiente del Ibex35.
No faltan vecinas tomando el café juntas y cotilleando. Damiana toma el café con su vecina. Llega a decirle que no quiere que Jesús la cure porque sino no tendría de qué hablar. Es una frase que delata al autor de la novela. Toño es sacerdote. Supongo que le resulta difícil contemplar un mundo sin dolor. Yo sí que me lo imagino: sería fantástico no tener que sufrir por culpa de las enfermedades. Damiana y su vecina podrían hablar de muchas otras cosas.
La vecina de Jesús se está vendiendo muy bien. Va por la segunda edición. Toño Casado es un señor que escribe novelas, es sacerdote y es artista. Estos días de borrasca Filomena fue noticia por hacer un Jesucristo de nieve delante de su iglesia en Madrid. Toño es natural de Salamanca. Se formó con los curas de don Bosco. Miras su currículum y descubres que también sacó discos e hizo trabajos para la Conferencia Episcopal. Hay sacerdotes multidisciplinares.
Os recomiendo la novela. La vecina de Jesús me parece un buen regalo. Acerca la religión católica con un texto lleno de humor. Si ya eres católico, también te viene bien para reírte con una mezcla de Historia antigua e Historia Contemporánea. Se lee de un tirón. Damiana es un personaje que engancha.