La pizza Popeye de los Restaurantes Cambalache tiene mucho éxito en mi casa. Es una pizza que lleva espinacas, bechamel, huevo cocido picadito y queso curado bien rallado. La cantidad de espinacas que le ponen es generosa. Casi tiene tanta espinaca como las empanadas vegetales que hace mi madre.
La base es idéntica a las bases de todas las pizzas de Cambalache: muy cocida y crujiente. Mi marido dice que todas las pizzas de Cambalache saben a Cambalache. No le falta razón. La masa le da un toque de marca.
La pizza Popeye la venden en tres tamaños: familiar, mediana y pequeña. En casa compramos la familiar. Nos cuesta 23,10 euros. Las pizzas no son nada baratas. El tamaño pequeño no compensa comprarlo. Yo sola me como la pizza pequeña y quedo con hambre y con dolor de cabeza si pienso en los 12,70 euros que cuesta. La mediana es de 17,30 euros.
Estos precios van a menos con las ofertas. Si te traen la pizza a casa, tienes un descuento del 75% en la segunda pizza. Yo siempre les pregunto por las ofertas de pizza a domicilio y de pizza para recoger. Todo lo que sea ahorrar se agradece.
Os recomiendo la pizza Popeye porque es más sanas que otras pizzas. Las espinacas la hacen ideal para los niños y niñas que no quieren comer verduras. Esta pizza la comen sin reparar en lo que lleva de verde en su composición. Tampoco es tanto. Una pizza, por muchas espinacas que le pongan, no les ponen tantas como a una empanada vegetal, aunque, como os decía, la Popeye tiene una cantidad generosa de espinacas.
Esta pizza está más sabrosa cuanto más caliente la sirves. No es una pizza de comer fría. Ni siquiera a mi marido le va fría y mira que es de devorar las pizzas frías. Está convencido de que una pizza fría no engorda tanto como una pizza caliente, cosa que no está comprobada científicamente que yo sepa.