ITAL - Consola Mini Arcade recreativa portátil con 250 Juegos Perfecta para Regalo de niños y Adultos con diseño Retro es el regalo que le hacemos a mi marido por el Día del Padre. Tanto me gustó que ya se lo dimos este fin de semana. Esto significa que le caerá otro regalo. Suele pasarme. Voy con las niñas de tiendas y le compramos al hombre de la casa un regalo que nos gusta tanto a nosotras que acabamos disfrutándolo la familia entera antes del día señalado.
La ITAL - Consola Mini Arcade recreativa portátil con 250 Juegos es igualita a aquellas máquinas que había en los bares hace años. Te subías a una silla y jugaba a un juego de bolas o a un juego bélico. Las de juegos bélicos solían estar en salas de juegos. Mi marido quedó con la boca abierta cuando abrió el paquete. Más se le abriría la boca si la consola fuera grande. Es de tamaño manejable para que puedes llevarla de un sitio a otro.
Tampoco puede ser muy grande costando sólo 24,90 euros. Tiene un precio muy razonable. Quedas bien con el regalo y no gastas mucho dinero en él. La venden en amarillo, azul y rojo. La de mi santo es roja. Me pareció la más bonita. La que menos me gustaba era la amarilla.
Juegos tiene muchísimos. Mi marido todavía no jugó a los 250 juegos que trae. Yo no me lío escogiendo. Voy a los juegos bélicos y elijo uno un poco al azar. Los juegos bélicos son los juegos que más me van. Relaja mucho jugar al pim pam pum. Lo mismo piensa mi santo.
Sus medidas de 15 x 9 x 8,8 la hacen muy manejable. Tiene una pantalla de 2,2", que se va llenando de luces en función del juego con el que te atrevas. Es una pena que las pilas le duren poco. Sí, funciona con pilas. Es la mayor desventaja que le encuentro a la ITAL - Consola Mini Arcade recreativa portátil con 250 Juegos. Echo en falta una batería de litio recargable. Estar cambiando cada hora y media cuatro pilas es un derroche. Yo le pongo pilas recargables. Falta le hacen. Mi marido se está haciendo adicto a la ITAL - Consola Mini Arcade recreativa portátil con 250 Juegos. Decía que sus juegos le sonaban a chino, pero ahora parece que los conoce todos. Su cuñado, en cambio, no le pone tantos peros. Es un chico de los años ochenta. Esta consola es ochentera total.