Este titulo forma parte de ese viaje por lo visual de ese gran director francés que resulta ser Luc Besson.
Film donde dos aspectos esenciales hacen de ella algo prácticamente genial, la relación del hombre con el medio acuático, sabiendo captar con gran fuerza visual lo básico de esta relación con secuencias realmente mágicas, casi oníricas que sin palabras nos introducen en el microcosmos espiritual de nuestro protagonista y por otro lado el gran actor y poco conocido actor francés Jean Marc Barr con esa mirada desgarradora, uno de los pocos actores que por muy mayor que sea es capaz de mirar nos con inocencia, positividad, como una mirad de niño enturbiada por sus circunstancias.
Un indispensable título de aventuras de los años ochenta del cine francés del que apenas nadie se acuerda. Cosa que no acabo de comprender ya que estamos ante una película interesante, que tiene amor, conflicto, aventura, complicidad no llegas aburrirte y aunque en algunas cosas puede resultar plana gracias a nuestro protagonista acaba siendo algo realmente interesante que va mucho más allá del puro y mero entretenimiento que obviamente ofrece.
Un guión complejo que intenta no perder al espectador mientras sus protagonistas se mueven en las terribles arenas movedizas de lo metafísico y existencialista.
Acertada dirección que en otras manos habría sido algo totalmente diferente.
Cine francés de los años ochenta, en concreto del año 1988.
Con dirección de Luc Besson que participa en el guión junto a Luc Besson, Robert Garland, Jacques Mayol, Marc Perrier, Marilyn Goldin.
Protagonizada por Jean-Marc Barr, Jean Reno, Rosanna Arquette, Jean Bouisse, Paul Shenar, Sergio Castellitto.
El gran azul es la historia de Jacques un hombre joven capaz de sumergirse en el agua a pulmón, un tipo de deporte que resulta ser el mejor pero al no le importa, el solo vive para esta anexión de minutos con la gran humedad marítima. Pero la vida de Jacques en un auto destierro cambiara con la llegada de una científica. Ella no acaba de comprender esta extraña relación, mientras él comprende que debe volver al hogar del que se fue, solucionar las cosas, retarse con su archí enemigo de infancia y de camino poder ganar en este deporte. Pero justo en esta serie de conflictos lograra espantar los fantasmas del pasado y encontrarse, sabiendo que él, solo es el bajo agua.
Una magnifica película, casi olvidada por completo y que merece totalmente la pena verla, eso sí, aviso que las secuencias de inmersión de la ultima media hora a veces pueden angustiar un poco.