La versión del MarioKart para la videoconsola Wii es, en mi opinión, un título indispensable puesto que conjuga lo mejor de los juegos de carreras con la originalidad colorista y el surrealismo del mundo de Mario.
La consola Wii es una consola muy dinámica y perfeecta para jugar con los amigos. Y este juego no podía ser menos: podemos jugar hasta cuatro personas a la vez (eso sí, se necesitan cuatro mandos para ello ¡ojo al dato!). Además, si ya nos aburrimos de jugar con los personajes clásicos del juego (Mario, Luigi, Browser, Peach...) podemos hacerlo con nuestro Mii personalizado. Desde luego, esto permite meterte más en el juego y, si cabe, disfrutarlo aún más.
Lo típico del MarioKart es ir corriendo los diferentes circuitos, bien a solas (compitiendo contra la máquina) o con amigos. No son carreras normales, puesto que los circuitos están amenizados con saltos, vuelos... y una decoración fantasiosa: en la pradera Mu nos encontraremos unas vacas contra las que habrá que evitar empotrarse y en la carrera de las islas habrá que huir de los cangrejos asesinos. Más divertida es la carrera del hielo, donde la pista es totalmente deslizante y habrá que esquivar a los pingüinos.
¿Y esa es toda la diversión? Pues no, porque puedes ir consiguiendo diversos items a lo largo de carrera, desde la seta para aumentar el tamaño, la estrella de la invulnerabilidad (¿las recordáis del Mario Bross?) hasta el calamar que cegará a los oponentes o la concha que lanzar contra ese corredor que te está dando la lata. Muy interacivo... y competitividad al máximo para divertirse con los amigos.
Pero también tenemos la opción de las batallas, que es aún más surrealista si cabe. Son pantallas in dependientes donde en una explanada habrá que pelearse con otros jugadores, lanzándoles cosas y consiguiendo los máximos puntos posibles dentro de un tiempo determinado. Es aún más desbocado que las carreras, y perfecto para una partida rápida antes de salir de fiesta.
¿Y si nuestros amigos no están disponibles y ya has conseguido todas las copas (las consigues si llegas el primero, segundo o tercero en un circuito)? Pues conectas la consola a internet y puedes competir a tiempo real contra otros jugadores, bien de tu país o a nivel europeo o mundial. Un aliciente es que Nintendo organiza campeonatos y a los mejores les dan premios. El único problema es que los japoneses son muy muy buenos y subir en la clasificación hasta el primer puesto es...¡lucha de titanes! Pero sigue siendo un gran entretenimiento.
Para mí es un juego que da muchas opciones al jugar uno solo, pero también es una baza en las reuniones de amigos. Siempre que nos reunimos para una noche de relax jugamos unas cuantas partidas, aunque confieso que el WiiSports no le va a la zaga. Pero el Mariokart es mucho más fácil de jugar y menos aburrido, pues aunque seamos ocho sólo te toca esperar un turno para jugar (ya he comentado que permite jugar a cuatro personas a la vez).
¿Y no es difícil jugar con el mando de la Wii? Pues no tanto, porque se hace agarrándolo por los extremos, como si fuese el manillar de una bicicleta. Pero yo compré el juego con una carcasa para poner el mando con forma de volante, con lo que es más realista. ¿Eres un melancólico de la Supernintendo? Pues también puedes agenciarte el mando clásico y jugar como siempre se ha jugado. Cualquiera de las tres opciones es buena, pero yo me quedo con el volante, por eso de meterme en el juego.
En conclusión: Es un juegazo sin el que ninguna Wii debería pasar que ofrece horas y horas de entretenimiento sano para grandes y pequeños. Y aunque cuesta un pico, pero como otros juegos de la Wii, realmente se amortiza: si otros juegos acabas por abandonarlos o los das terminado en unas horas... el MarioKart aporta horas infinitas de entretenimiento sin llegar nunca a aburrir por su gran variedad de opciones. Pues eso, un juegazo imprescindible.