Madame Bovary es un clásico de la literatura francesa y también de la literatura mundial que debemos a Gustave Flaubert.
Nos cuenta esta novela las peripecias de una mujer llamada Emma. Nos la define el autor como una joven soñadora que lee sin parar novelas rosas.
Esta joven se casa con el médico de su padre, un hombre mucho mayor que ella que se enamora de Emma mientras atiende al enfermo. Entonces el doctor todavia está casado. Nada más enviudar de su esposa se casa con Emma.
La joven pensaba que su vida matrimonial sería dichosa. Esperaba una ida llena de fiestas y lujos. Se equivoca. Al lado de un hombre mayor no hay diversión posible.
Emma se queda embarazada y tiene una hija. Es entoces cuando empieza a sentirse deprimida. Busca consuelo en distintos amantes. El matrimonio cambia de ciudad. No mejoran las cosas para Emma, una mujer incomprendida por la sociedad de mediados del siglo XIX.
No tiene suerte Emma con sus amantes: todos la dejan. Encima la van a acusar por su conducta. Emma se desespera y esto la lleva a poner fin a su vida con arsénico.
Aquí es donde Flaubert nos regala las mejores páginas. Describe con todo detalle el final de Emma, los efectos e le producen el veneno, su último adiós.
La novela es muy recomendable. Yo la recomiendo más que por lo que cuenta por como lo cuenta. Engancha. El autor, sin avanzar en la trama a buen ritmo, sabe interesarte con una serie de descripciones detalladas sobre los estados de ánimo de la protagonista, esa provinciana encantadora que tiene ciertos parecidos con Ana Ozores, la protagonsita de La Regenta de Clarín.