Aunque El Príncipe de la niebla es una novela juvenil, decidí leerla siguiendo la recomendación de varios adultos y lo cierto es que no me defraudó, a pesar de que, desde mi punto de vista, no está entre las más logradas de su autor, el conocido autor de best-sellers, Carlos Ruiz Zafón.
Argumento:
La familia Carver, compuesta por un matrimonio y sus tres hijos (Alicia, Max e Irina), se traslada a una pequeña localidad costera a orillas del Océano Atlántico huyendo de la Segunda Guerra Mundial. En su nueva casa comienzan a ocurrir hechos extraños relacionados con los anteriores habitantes de la casa, sobre todo con un niño llamado Jacob Fleischmann, que murió ahogado.
Max y su hermana Alicia deciden desvelar los enigmas que rodean a su nueva casa, para lo que cuentan con la ayuda de un nuevo amigo llamado Roland, nieto del farero del pueblo…
Crítica personal:
Esta novela de misterio, aventuras y fantasía consiguió atraparme desde sus primeros párrafos. Terror de verdad en este libro estructurado en dieciocho capítulos más un epílogo y una historia que derrocha suspense e imaginación y que me enganchó desde el principio. En todo caso, no me parece una novela juvenil convencional, salvo quizá, por el contenido toque romántico. Al contrario, determinados fragmentos contienen una gran carga emocional y un terror psicológico asfixiante, con una figura realmente escalofriante, la del Príncipe de la Niebla, capaz de conceder cualquier deseo a un precio muy elevado.
De lectura fácil, de ahí su idoneidad para adolescentes, lo más decepcionante del libro es su final, que no aporta explicaciones sobre el origen del mal y que deja varios elementos sin resolver. Demasiado lacrimógeno para mi gusto.
En definitiva, un libro adictivo y de lectura fácil y rápida.