Emilio Aragón y Fernando Castets (guionista de El hijo de la novia) son los artífices de una comedia dramática sobre la vida de un grupo de artistas de vodevil que deben sobrevivir en dos momentos diferentes: en 1939, al final de la Guerra Civil y un año después, en la triste España de posguerra.
Un niño huérfano llamado Miguel, un ventrílocuo homosexual, de nombre Enrique Corgo, y un músico todoterreno, Jorge del Pino, cuyo pasado esconde una tragedia terrible, intentan ganarse la vida como cómicos, actuando en teatruchos de mala muerte... Éste es el trío protagonista de Pájaros de papel.
El filme tiene varios aspectos positivos:
-Una ambientación magnífica.
-Su ritmo fluido.
-Un elenco correctísimo, en el que sobresalen un Imanol Arias, que se come la pantalla y un LLuis Homar que dota de ternura y humanidad a un personaje que parece hecho a su medida: el homosexual aterrorizado de serlo. El niño Roger Princep (protagonista de "El Orfanato") no puede ser más gracioso y zalamero. Entre los secundarios destacan especialmente Luis Varela y Fernando Cayo, que borda su teniente Quiroga, un repulsivo militar franquista/falangista.
Por el contrario, no están a la altura los números musicales de una Carmen Machi (como la cupletista Rocío Moliner), cuya actuación se salva gracias a algún que otro golpe de humor.
Como casi todas las películas sobre la Guerra Civil española, la película peca de maniquea: los buenos (los rojos) son muy buenos y los malos (los otros), son malísimos.
Tampoco el final, tramposo y en busca de la lágrima fácil, está a la altura del resto del metraje. La aparicion de Miliki, padre del director Emilio Aragón, es para dar la puntilla lacrimógena y sobra por completo. Mucho mejor si la película hubiera terminado con la partida del tren.
No esperéis nada nuevo en este largometraje que, convertido en todo un catálogo de clichés, recuerda inevitablemente a ‘El viaje a ninguna parte’, de Fernando Fernán Gómez y a ‘Ay, Carmela’, de Carlos Saura, pero un escalón por debajo de ellas.
En resumen, una película conmovedora y entrañable para ver pañuelo en mano, en la que Emilio Aragón rinde un homenaje a los cómicos, especialmente a los que sufrieron aquellos primeros años de la posguerra. Imperfecta, eso sí…
Lo Mejor: Fluida. Buenas interpretaciones.
Lo Peor: Tramposa. Busca la lágrima fácil. Posee cierto aspecto televisivo.