El Hotel Hesperia Troya nos dio una habitación con dos camas individuales pegadas, pese a que yo les había pedido una habitación con cama de matrimonio. menos mal que la habitación era amplia y lo mismo puedo decir del cuarto de baño.
No me gustó nada el televisor. Era pequeño y antiguo. Nada más verlo se te quitaban las ganas de ver la tele.
Abrías las ventanas y te entraba la brisa del mar. Era un cuarto muy bien ventilado. Desde nuestra habitación veíamos el mar y la piscina, que quedaba a unos pasos de la puerta trasera del hotel.
Me sorprendió que no tuviéramos minibar. Nunca me había alojado en un hotel en el que no hubiera minibar.
Todo estaba muy limpio. El personal era eficiente y amable. Sabían hacer su trabajo y te trataban como esperas ser tratada cuando estás de vacaciones.
Es una pena que la decoración no fuera más cuidada. Demasiado normal, demasiado de edificio de barrio.
No nos aburrimos porque había cantidad de actividades deportivas. Nosotros nos limitamos a jugar al tenis, pero podías practicar deportes como el golf, el padel, tiro con escopeta, waterpolo, etc.
El hotel está en la playa de las Américas. En la zona hay cantidad de bares, restaurantes y tiendas para fundir la Visa.
Nosotros desayunamos en el hotel porque el buffet era muy variado. Hasta mi marido que es muy exigente con los desayunos quedó contento.
Afortunadamente, el parking del hotel era gratuito. En Tenerife como no alquiles un coche tienes problemas para moverte con comodidad por la isla. Yo prefiero tener un coche a mi disposición y no andar pendiente del transporte público.
Lo mejor del hotel era la piscina, enorme y con unas hamacas muy cómodas a su alrededor para tomar el sol.