Lo que más destacaría del Hotels Jupiter and Saturno es la comida. Allí los niños comen sin mandarles comer. Estuve unas cuatro veces en este hotel con mi hija en dos ocasiones y otro par de veces con mi hermana y mis sobrinos y siempre ocurrió que devoraban hamburguesas, pastas, ensaladas y hasta no les hacían asco a las chuletas que en casa mi hija no quiere ni ver delante.
Lo mismo puedo decir de los helados. Lo que siempre dejaban era la fruta, igual que en casa.
Es un hotel muy concurrido, con muchos turistas extranjeros. En el bar siempre encuentras cola.
Piscinas no le faltan: tiene cuatro, tres para niños. Para practicar deporte hay pistas de tenis, mesas de billar y hasta un minigolf que hizo las delicias de mi marido.
Si necesitas comprar algún regalo de última hora, puedes pasarte por la tiendecita del hotel.
Para ir a la playa, puedes coger el autobús gratuito del hotel o ir andando diez minutos. También puedes optar por la vida nocturna del propio recinto. Tras una noche de discoteca y bingo os aseguro que no estás para ir a la playa.
Al servicio de limpieza le doy un diez. Estaba impecable, pese a ser un hotel con mucho niña y mucha familia. Las habitaciones estaban impolutas. Todos los días te cambiaban las sábanas.