Los apartamentos rurales El Covaju se encuentran en pleno Valle de Liébana, a tan sólo 8 km de Potes, en el corazón de los Picos de Europa.
Se trata de un conjunto de 12 viviendas rurales ubicadas en antiguos pajares, graneros, etc... y cuya construcción está inspirada en la de las antiguas aldeas montañesas. El acceso al complejo debe hacerse en coche ya que está en una zona de alta montaña.
En el complejo hay cuatro tipos de viviendas:
- 3 viviendas para dos personas con una habitación doble, baño y cocina americana.
- 7 viviendas para 4 personas con una habitación con cama de matrimonio, otra doble, baño y cocina americana. Una de éstas fue la que yo ocupé.
- 1 vivienda para 8 personas con 4 dormitorios, 2 baños, cocina-comedor y salón.
- La vivienda rural principal tiene capacidad para 10 personas, con 5 dormitorios, cocina-comedor, 2 baños y salón.
Todas las casas disponen de chimenea, ideal para veladas románticas, calefacción central (más práctica que la chimenea, desde luego), menaje de cocina, ropa de cama y toallas (magnífico ahorro de equipaje si se viaja con niños como en mi caso).
Respecto a la casa que ocupamos mi familia y yo, estaba perfectamente limpia, ordenada y muy cuidada en sus detalles: cortinas, cuadros, lámparas, etc...
Independientemente del tipo de vivienda elegida, existe una amplia zona de servicios comunes, con vistas a la montaña, de la que los huéspedes pueden disfrutar:
- Aparcamiento.
- Piscina climatizada exterior: de abril a octubre.
- 3 barbacoas para uso de los clientes, situadas en la parte alta de la finca.
- Jacuzzi y sauna al aire libre (previo pago).
- Jardín con árboles frutales y autóctonos.
Este complejo está abierto todo el año, pero es imprescindible reservar con mucha antelación porque hay quien efectúa su reserva incluso de un año para otro.
Encontré una única pega a mi estancia allí: se publicita un desayuno espectacular y la posibilidad de cenas, previo aviso, ninguna de las dos comidas es gran cosa. Nosotros habíamos contratado el desayuno, que consistía básicamente en café o cacao, bollería industrial, y un poco de embutido. Correcto sin más. Eso sí, servido en una terraza acristalada magnífica.
En cuanto a las cenas, decidimos no realizar ninguna allí, porque su precio nos pareció elevado para la poca variedad que se ofrecía. La explicación que encontramos es que casi todo el mundo decide cocinar en el apartamento ya que todos disponen de cocina equipada. Quizás fuese mejor que no publicitasen cena.
Los aspectos positivos fueron la atención, esmerada y la posibilidad de disfrutar de esa tranquilidad y belleza que ofrece la zona.
Además, la casa ofrece a sus cliente la posibilidad de disfrutar de múltiples actividades: rutas a caballo, rutas en canoa, bicicletas de montaña, senderismo, rutas en 4x4, etc... Desconozco el precio de estas actividades.
Eso sí, por vuestra cuenta podéis pasear por el entorno, acercaros a Potes, cuya visita vale la pena y disfrutar de las instalaciones, dependiendo, claro está, de los días de los que dispongáis, claro.
Para que os hagáis una idea, en Temporada Alta (Semana Santa), el precio por noche en la casita para 4 personas es de 125 euros. No es excesivamente caro.