Niños y mayores quedan encantados ante la visión del palacio y los jardines del Real Sitio de la Granja de San Ildefonso.
El paraje donde se ubica, es de ensueño, en plena naturaleza, con las montañas tan cerca que se reflejan en el gran estanque de palacio, llamado el Mar.
La ruta por la A6, desde Madrid, pasa rápido, apenas algo más de una hora y el espectáculo , tanto natural como palaciego merece la pena , y mucho.
No ha de pesar no poder ver las fuentes corriendo, si se va en invierno se puede disfrutar de una lámina de agua congelada, e incluso de la nieve. En los jardines, protagonistas absolutas las fuentes, de tema mitológico, y cuyas esculturas son de gran belleza ( alguna hay inquietante, como la que se levanta en honor de Latona, que muestra la metamorfosis en rana de los campesinos que afrentaron a Apolo )
El interior del Palacio, que Felipe V mandó edificar al modo de aquel otro de su natal Versalles , no defrauda, exquisitas lámparas de cristal procedentes de la Real Fábrica de Vidrio, mullidos tapices, mobiliario , todo fastuoso y elegante.
Sitio muy concurrido por los turistas, sobre todo en verano, que además de la visita al palacio pueden luego comer en alguno de los restaurantes del pueblo, acercarse a Valsaín a relajarse en un entorno serrano y hacer noche, si es menester en el Parador, cuyos precios son bastante ajustados.
Un buen aficionado a la fotografía podrá volver a casa con algunas instantáneas que parecerán postales de cuento