La encantadora ciudad de Ceuta, tiene defectos como cualquier otra ciudad, y por ellos voy a comenzar, antes de dedicarles mis contundentes alabanzas.
Una cosa de Ceuta que me desagradó y que poco tiene que ver con la ciudad, es el precio del ferry que me resultó bastante caro en la última visita que realice a esa preciosa ciudad en el mes de agosto del año pasado, lo que creo que se debe mejorar a fin de favorecer el turismo.
El otro gran problema está ocasionado por las reducidas dimensiones de la ciudad y que es un mal endémico de nuestros tiempo, que se traduce en un exceso de tráfico rodado, vehículos y por ende de aparcamientos en su zonas más céntricas, lo que por otra parte nos da una espléndida excusa para caminar y disfrutar de las espléndidas estampas que nos ofrece la ciudad.
Por lo demás es una auténtica gozada pasear por sus murallas, testigos de su historia que mezcla africanos, ingleses, portugueses y españoles enfrascados en continuas escaramuzas y batallas.
También es muy atractivo el paseo por la tumultuosa calle Real, antaño repleta de bazares , hoy podemos comprobar cómo se ha expandido su actividad comercial, abarcando todo tipo de negocios.
Si algo no podemos obviar de Ceuta, es su encanto gastronómico, dónde los productos de la mar son los auténticos protagonistas, junto con los ineludibles pinchitos morunos, que como en Ceuta, no saben en ninguna otra parte. Otras elaboraciones a tener en cuenta son el pollo a la moruna y el pastel de caballa.
Como atracción destacada, podemos considerar el espléndido Parque Mediterráneo diseñado por el genial y universal canario, César Manrique, cuyo precio de entrada es bastante asequible, al igual que disfrutar en su interior de la gastronomía.
Pero si lo que prefieres es el mar, en Ceuta encontraras la remozada playa de la Ribera o la más frecuentada, grande y famosa Playa de El Chorrillo.
Si bien desde el punto de vista arquitectónico cuenta con algún que otro edificio civil de gran mérito como la Casa de los Dragones o el Palacio de la Asamblea, las edificaciones principales y más llamativas son las antiguas fortificaciones como el Castillo del Sarchal o las Baterías de Valdeaguas, ello sin olvidarnos de las citadas Murallas Reales, que se configuran en lo más representativo de la ciudad.
En cuanto a las posibilidades de alojamiento, encontramos cuatro hoteles, uno de ellos Parador Nacional de Turismo y cuyos precios no suelen ser muy asequibles, salvo ofertas. Aunque existen un buen número de hostales cuyos precios suelen resultar bastante más asequibles.