Se trata de una singular y bella pedanía de Astorga (León), situada en pleno camino de Santiago, tras la convergencia del Camino francés y la Ruta de la plata.
Es un lugar donde parece haberse detenido el tiempo, con sus bellas calles de empedrado y sus casas de piedra y tejas que le otorgan a la población un color rojizo muy singular y bello.
En Castrillo de los Polvazares podemos no sólo contemplar la hermosura de sus casas o del campo que lo circunda, sino que además es cuna de uno de los platos típicos referente de la gastronomía leonesa, como es el cocido maragato, que podremos degustar en algunos de sus restaurantes y mesones.
Además en nuestro caminar en busca del jubileo, o por el simple placer de conocer esta auténtica población arriera, podemos encontrar varios lugares donde hospedarnos, en medio de un lugar donde se rezuma paz y sosiego, que es exclusivamente interrumpido por la llegada de turistas.
Sin ningún género de dudas, es un lugar encantador que recomiendo visitar.