En pleno centro de Amsterdam se encuentra el Museo de Anna Frank, es decir, la que fue su casa.
El edificio tiene dos partes: una denominada la casa de delante; y la otra llamada la casa de atrás.
En la casa de delante, podemos encontrar lo que eran las instalaciones de la empresa de Otto Frank, un almacén, oficinas, y un depósito.
La sensación a la que te enfrentas al visitar la casa es extraña, ya que la historia en sí, ya es escalofriante, y si a esto se le añade, el vacío de toda la casa con tan poca decoración, lo hace todo todavía más frío.
La casa de atrás era donde la familia se mantenía escondida, era donde pasaban la mayor parte del tiempo, se accede a través de la puerta original, la puerta secreta que está tras una estantería.
En la habitación de Anna Frank podemos encontrarnos con algunos de los carteles y recortes que alegraban sus paredes.
En el museo se pueden encontrar partes del diario que Anna escribió, varias páginas, y también hay videos de la época que ayudan a explicar lo que Anna y su familia vivieron.
Es importante saber que en esta visita vamos a invertir bastante tiempo, si vamos en épocas del año turísticas, así si no se dispone de mucho tiempo, habría que valorarla opción detenidamente.
Dentro no están permitidas las cámaras de fotos grandes ni las videocámaras. No es muy accesible para personas con movilidad reducida, ya que hay subir y bajar bastantes escaleras, y los pasillos son bastantes estrechos, llegando incluso a agobiar, porque puede que nos encontremos con bastante tráfico.
Si se han visitado otros centros de Anna Frank en el mundo, puede que este nos parezca un poco de los mismo a pesar de que fue donde se originó, digamos, el icono. El libro surgió de aquí, de esta casa, pero los videos que acompañan la visita son siempre muy parecidos, sino idénticos.
Es una pena que casi todo el recorrido esté vacío, ya que hubiera sido increíble haber podido ver todo en su habitat natural.
En conclusión, recomiendo la visita ya que es un lugar importante, una pequeña parte de una historia desgraciada, pero sí que advierto sobre el tiempo que se necesita, y que quizá nos quedemos con la sensación de esperarnos algo más.
Actualmente la entrada para los adultos tiene un precio de 8,5 euros.