El Caribbean Club nos ofreció un apartamento espacioso, con una curato de baño por habitación y una terraza desde la que pudimos disfrutar de unas preciosas vistas al mar. Te sentías como en el paraíso, con la ventaja de que no te faltaba espacio, al contrario. Teníamos tres dormitorios con sus correspondientes cuartos de baño, un televisor por habitación, cuarto de estar y cocina.
La limpieza del apartamento era impecable. Yo tenía algunos recelos porque me he alojado en otros complejos hoteleros del Caribe que dejaban mucho que desear. No fue el caso. Los suelos estaban tan limpios que podías comer en ellos. Los baños impecables. La cocina del apartamento también la limpiaban a fondo.
No tuve problemas a la hora de hacer la compra. Justo al lado del complejo había un supermercado que tenía de todo. Supermercado Foster´s se llamaba.
Muchas veces salimos a comer o a cenar fuera. Fuimos a restaurantes de las proximidades y también cenamos una noche en el Ritz. Allí no necesitas coche para desplazarte porque tienes todo a mano. Puedes ir andando a la playa, andando a un restaurante, andando a una discoteca, andando cuando sales de compras. Estuvimos mejor que en casa.
El Caribe Club está situado en la playa Seven Mile, un sitio estupendo.
El personal del hotel es muy amable. Cuando supieron que iba a celebrar mi cumpleaños, me enviaron una botella de champán del bueno y una rosa. Un detallazo.