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jmll1964
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Acerca de:China
Ventajas:Un país fascinante
Desventajas:La lejanía
Hola, amigos de Xakia:

En primer lugar, os aviso de que esta opinión es de una gran extensión. En ella hablaré de la China que conocí durante dos semanas en mi viaje de hace 6 años, y en especial, con detalles de las ciudades que visité que fueron Cantón y Pekín.

Mi experiencia en materia de viajes internacionales no es muy dilatada. He visitado distintos lugares en Francia, Andorra, Italia, Reino Unido y la República Checa, dentro del continente europeo. Y sólo en una ocasión he salido de este continente. Fue en diciembre del año 2004, y por un motivo muy, muy especial. Nos fuimos en un largo viaje de 16 días a la República Popular China, para adoptar a la que es nuestra hija. Estuvimos en 2 ciudades, una semana en cada una. La primera semana estuvimos en Cantón o Guangzhou, la capital de la meridional provincia de Guangdong, y la segunda la pasamos en la capital, Pekín o Beijing, que como sabéis está al norte de este enorme país.

China, el que era considerado con evidente complacencia desde Occidente el gigante dormido, ha despertado ya. Y su despertar es irreversible. Tras los duros años de la cruel invasión japonesa (aún queda evidente resquemor hacia los japoneses) y de la guerra civil con los derechistas del Kuomintang liderado por Chiang Kai Chek, dio un enorme primer salto a partir del triunfo de los comunistas encabezados por Mao Tse Tung en 1949. Aquí fue donde China adquirió su verdadera independencia, en los primeros años como aliada de la URSS, hasta su ruptura hacia 1960. Después de la muerte de Mao en 1976, emprendió un curso de reformas económicas que, sin cuestionar el papel dirigente del Partido Comunista, abrió el país a la inversión de empresas extranjeras. Esta medida siempre ha sido justificada por los dirigentes chinos en la necesidad de elevar aceleradamente el nivel de desarrollo económico, tecnológico y social del país para su fortalecimiento en la esfera internacional. Los resultados parece que les van dando la razón, lo estamos viendo actualmente con sus datos de crecimiento del PIB que en plena crisis mundial siguen estabilizados entre el 8 y el 9 % anual. El principal problema, no obstante sigue siendo armonizar ese desarrollo con la equidad y la justicia social que se presupone en un país “socialista”, que además pueblan unos 1400 millones de personas, una barbaridad de bocas que alimentar.

Yendo a lo práctico diré que viajar a China, obviamente no es barato, ni está al alcance de cualquiera, no sólo por la distancia de más de 9.000 kilómetros en línea recta que hay desde nuestro país, sino también por el número de días que se suele permanecer en ella. Cualquier circuito turístico que se organice requerirá como poco 8 ó 9 noches en aquel país.

Así en líneas generales, puedo decir para viajar a China hay que cumplir varios requisitos. Dinero, como acabo de decir, pero también un motivo, o motivos, de peso (en nuestro caso la motivación era obvia y muy poderosa). Además, como es lógico, hay que estar en posesión de pasaporte en vigor, que deberá registrar el correspondiente visado de entrada en la República Popular. Este visado hay que solicitarlo previamente a nuestro viaje.

Ya preparado el equipaje, hay que llevarse suficiente ropa, que sobre todo en invierno, puede ser muy distinta si como en nuestro caso se va al sur (clima subtropical) y también al norte (clima continental frío). Ahora lo desconozco, pero cuando fuimos nosotros allí, no se requería la administración de ninguna vacuna antes de ir. Conviene transportar un pequeño botiquín, que incluya las pastillas para el mareo, paracetamol, y las otras más habituales que estemos tomando. Pero, por encima de todo esto, muchas ganas de conocer una sociedad muy distinta en tantas cosas a la nuestra.

Cantón o Guangzhou, al sur de China, fue la primera ciudad que visitamos. A ella llegamos el día 1 de diciembre, tras despegar la mañana del día anterior del aeropuerto de Madrid- Barajas, en un avión de Finnair, rumbo a Helsinki, con una parada técnica en Estocolmo. Íbamos en ese vuelo 19 familias procedentes de distintos lugares de España que íbamos a adoptar a nuestras respectivas pequeñas. En Helsinki, hicimos trasbordo a un avión más grande de la misma compañía para volar hasta Pekín. Tras 8 horas de vuelo, atravesando buena parte del territorio de Rusia, llegamos a Pekín hacia las 7 de la mañana (hora pekinesa). Tras unas 4 horas de espera en el aeropuerto subimos a un avión de Air China que nos llevó tras más de 3 horas de vuelo a la sureña Cantón.
En esta ciudad estuvimos una semana haciendo los trámites administrativos de la adopción pero nos dio tiempo también a recorrerla un poquito, junto a nuestra nena entonces un bebé de sólo 10 meses.

1-Cantón o Guangzhou es la capital de la provincia sureña china de Guangdong. Cantón es la forma castellana de Guangdong, pero se alude con ella a la ciudad, no a la provincia. Está situada a unos pocos kilómetros de la costa del mar de China, a menos de 200 kilómetros de Hong Kong. A la orilla de unos de los principales ríos de China el Zhujiang o Río de las Perlas, ya muy caudaloso a su paso por la ciudad, que se extiende por ambas orillas.

Tiene una población de más de 4 millones de habitantes y es la cabecera de la llamada "fábrica del mundo", es la provincia donde se fabrica gran parte de los productos "made in China" que vemos en nuestras tiendas, tanto las de chinos como las restantes.

Es una ciudad muy dinámica y moderna de gran desarrollo y eso salta a la vista con sólo observar los abundantes rascacielos y en el tumultuoso tráfico tanto de personas como de vehículos. Gente muy bulliciosa y ruidosa, a diferencia de Pekín, mucha más tranquila en comparación. Abundante tráfico rodado, tanto de vehículos a motor como de bicicletas, en aparente caos pero con un detalle muy llamativo ¡no oímos a nadie tocar el claxon en todos los días que estuvimos allí!, incluso cuando algunos peatones cruzaban por el medio de las calles entre los coches que circulaban esquivándolos (repito, nadie les pitaba).Mucha gente por todas partes, y una enorme cantidad de tiendas de todo tipo.

Al estar situada en el sur de China, tiene un clima subtropical, con veranos calurosos y húmedos, sobre todo con los tifones. En invierno la temperatura es muy suave y rara vez baja de los 10 grados. Por esa razón y al estar en la cuenca del gran río Zhujiang (o de las Perlas), los alrededores están dominados por las huertas de frutales y verduras salpicados aquí y allás por infinidad de casitas. Un paisaje que me era familiar pues me recordaba un poco al de mi tierra.

Punto y aparte merece la gastronomía cantonesa. En la misma China los cantoneses tienen fama de que se lo comen prácticamente todo (incluidos perros, gatos, serpientes, etc), y ello es rigurosamente cierto. Nosotros pasamos una experiencia... por decirlo de algún modo, especial con la comida. Buena parte de los integrantes de nuestro grupo de papás y mamás españoles (entre ellos mi mujer) tuvieron un día u otro problemas estomacales. No sabemos muy bien que era lo que nos servían en aquellos restaurantes cantoneses adonde nos llevaban, pero había cada sabor, cada olor y cada plato que llamaba la atención, siendo suaves. Los olores que escapaban por las puertas de los restaurantes eran indescriptibles, os aseguro que aquellos restaurantes no tienen nada que ver con los de Pekín y mucho menos con los restaurantes chinos que conocemos aquí en nuestras ciudades. En resumen, no los recomiendo para estómagos delicados.

Como decía al principio, en aquellos siete días de estancia nos dio tiempo a conocer algo de la ciudad. Nos alojamos en un hotel sencillamente espectacular, el Dongfang. Un hotel excelente e inmenso, de planta cuadrada y con un enorme y precioso jardín central de estilo chino (me recordaba a los jardines japoneses). Un muy buen restaurante (algo caro) pero con una gran virtud:¡ofrecía cocina europea! Especialmente en los últimos días de nuestra estancia siempre que era posible comíamos o cenábamos allí. Probablemente no exagere si afirmo que es el mejor hotel en el que me he alojado.
Estaba situado en una zona bastante céntrica y bulliciosa de la ciudad, en la proximidad de dos de los parques, el Yuexiu al este (que no vimos) en el que está el monumento a las 5 cabras (símbolo de la ciudad) y el agradable Liuhua al oeste. Este último lo visitamos en una de nuestras tardes libres, aprovechando que estaba a menos de 10 minutos andando del hotel. Había que pagar para entrar en él, aunque poca cantidad, creo que fueron 10 yuanes (aproximadamente 1 euro). Tenía varios lagos, alguno de ellos con barcas, separados por diversas zonas arboladas, y disponía también de una parque de juegos, en la que no faltaban las tópicas y típicas mesas de ping-pong (por algo China es la superpotencia de este deporte). Tampoco faltaban los practicantes de jogging ni del taichi, todo un espectáculo contemplar sus lentos y pausados movimientos "a cámara lenta". Un remanso de paz en el medio de la bulliciosa urbe...

Nombraré a continuación algunos lugares de interés de la ciudad a los que nos llevaron los guías en varias excursiones:

-El barrio colonial de Shamian, en la isla fluvial del mismo nombre, con numerosas muestras de la arquitectura colonial europea de principios del XX, una reminiscencia de la dominación de los europeos en China. Por lo que vimos esa es la zona favorita de los cantoneses que se van a casar para hacer sus reportajes fotográficos.

-La casa de la familia Chen, una residencia típica de la colorista y refinada arquitectura tradicional cantonesa de finales del XIX, actualmente convertida en el Museo de Artes Populares de Guangdong. Era la sede ( o templo) de unos de los clanes más influyentes de Cantón.

-El memorial de Sun Yat- Sen, un moderno edificio de arquitectura tradicional, que consiste básicamente en un gran auditorio. Por todas partes podemos ver alusiones a la personalidad considerada por los chinos como el padre de la 1ª República que se estableció en China tras la abdicación de Pu Yi el último de los emperadores, en 1911.
El edificio es rodeado por un cuidado y elegante jardín presidido por una prominente estatua del prócer.

-El templo budista de Guangxiao que está formado, como suele ser habitual, por un complejo de varios edificios dedicados al culto y a residencia de los monjes (a los que vimos desfilar con sus brillantes túnicas de color naranja).. Destaca su espacio central en donde los fieles queman y después depositan su incienso tras sus oraciones. Nosotros también lo hicimos aunque no todos orando...

Entre las principales atracciones de Cantón sin duda se cuentan los cruceros fluviales por el río Zhujiang, especialmente por la noche. Ofrecen al visitante unas vistas espectaculares de las dos orillas de la ciudad, con sus resplandecientes edificios y avenidas y su animada vida.

Tras una semana inolvidable, muy intensa en emociones y con algún contratiempo, leve por fortuna, y ya como una familia de tres miembros, finalmente dijimos adiós a Cantón y a su suave temperatura para volar al frío de Pekín en donde pasamos la segunda parte de nuestro viaje.

2-Pekín o Beijing, la capital de la República Popular China, fue la segunda y última ciudad en nuestro periplo. Allí estuvimos la segunda semana de nuestra estancia en China ultimando la documentación necesaria para poder venirnos a España con la que ya se había convertido en nuestra hija. Nos dio tiempo también para poder conocerla un poco, aunque de verdad que se nos hicieron muy cortos aquellos 7 días.

En primer lugar unas generalidades sobre la ciudad. No es la ciudad más grande de China pese a sus más de 10 millones de habitantes, pues Shanghai la supera en población y en importancia económica, pero Pekín compensa sobradamente estas circunstancias con el hecho de su enorme peso político. Allí está la sede principal del poder político, el gobierno, el parlamento o gran asamblea popular y el Partido Comunista de China, gobernante en el país.

Se encuentra situada en el nordeste del país, no lejos de la costa del mar de China, y su clima es continental pues tiene temperaturas bastante extremas. Calurosa en verano y mucho frío con nieve y temperaturas bajo cero entre diciembre y marzo. De hecho nosotros en la segunda semana de diciembre de 2004 disfrutamos de un tiempo estable con cielo poco nuboso o despejado y con temperaturas que oscilaban aproximadamente entre los 7 y los -7 grados, pero con una persistente bruma que nos dijeron que no era otra cosa que la contaminación estancada sobre una ciudad llana en la que apenas sopla viento.

La gastronomía pekinesa es continental basada sobre todo en la carne, muy distinta a la de la subtropical Cantón. Más digerible para nuestros delicados estómagos europeos.
Destaca el internacionalmente conocido pato laqueado, pato asado que se sirve con salsas y otros acompañamientos. De lo mejor que he comido en China.

La ciudad tiene innumerables atractivos turísticos. Al igual que en nuestra estancia en Cantón los guías nos llevaron cada día a algún monumento o lugar destacado de la ciudad. Pudimos visitar entre otros puntos los siguientes:

-La Ciudad Prohibida, en pleno centro de Pekín, junto a la plaza de Tiananmen, situada al sur. Su acceso estuvo prohibido par el pueblo durante siglos, ya que se trata de un extenso conjunto tapiado de palacios y residencias que pertenecieron a los emperadores de China hasta que fue derrocado en 1911 PuYi y el país se convirtió en República. Su gran extensión y la abundancia de escalinatas convierten la visita en una experiencia exigente físicamente pero inolvidable por la importancia y valor simbólico del lugar. No es para menos, ya que fue el centro del poder de una enorme nación durante siglos. Sólo añadiré que la película "El último emperador" de Bernardo Bertolucci contribuyó no poco a hacer más conocido este espectacular enclave pekinés.

-La Plaza de Tiananmen, situada al sur de la Ciudad Prohibida. Es la gran plaza de Pekín, el centro neurálgico de la capital y además el centro geográfico. Sede de las grandes manifestaciones populares y de los grandes desfiles militares. A ella se puede llegar a través de largas avenidas en cuadrícula que atraviesan la plaza por el norte y este Es una de las plazas más grandes del mundo, sino la que más, de forma rectangular con los lados este y oeste más largos que los lados norte y sur. Además su inmensidad se ve realzada por la escasa altura de los edificios que la rodean, especialmente su estás personalmente dentro de ella la sensación de inmensidad es aún mayor. Es desde luego uno de los lugares más típicos de foto postal de Pekín y de China, en especial su vista hacia el norte, donde está la entrada principal de la Ciudad Prohibida con el retrato, aún vigilante", del "Gran Timonel", el camarada Mao Tse Tung (Mao Zedong, en la forma actual). Pero hay otros edificios importantes de inconfundible estilo soviético rodeando la plaza: el Gran Palacio del Pueblo, sede de la Asamblea Popular (Parlamento), al oeste, el Mausoleo de Mao al sur y el Museo Nacional de Historia y de la Revolución al este. Cuando estuvimos allí, en este último edificio tenían colocado un gran marcador que indicaba los años, días y horas que faltaban para el inicio de los Juegos Olímpicos de 2008 (yo estuve en diciembre de 2004).

-El Templo del Cielo. Situado al sur de la ciudad es un conjunto de varias edificaciones, rodeados por una muralla. Está enclavado dentro del recinto de un parque. Destacan en el conjunto el Salón de la Oración por la Buena Cosecha y especialmente el Altar Circular. A este último se accede por unas escalinatas y tiene planta circular con el consabido color rojo y un triple tejado negro. Fue construido por los emperadores Ming hacia 1400 con el fin de rogar por las buenas cosechas.

-El Palacio de Verano. Es un complejo de palacios, casas y jardines situado a las orillas de un pequeño lago (Kunming) a unos 10 kilómetros del centro de la ciudad en dirección noroeste. Residencia veraniega de los emperadores de China. También requiere de una buena caminata para verla con detenimiento. Destaca el llamado "Barco de mármol" en las orillas del lago, obra suntuosa realizada a finales del siglo XIX, en la última fase del Imperio y que nos dijeron que era un símbolo de la ostentación y la corrupción imperial.

-La Gran Muralla. ¿Qué decir de esta colosal obra pública? Colosal desde todos los puntos de vista, por su longitud, por el periodo de tiempo en el que se fue levantando...
Es uno de los monumentos más grandiosos del mundo. Sólo con ver algún tramos de pocos kilómetros serpenteando sus muros de varios metros de alto con sus corredores de vigilancia subiendo y bajando montañas, colinas y valles te puedes hacer una pequeñísima idea de lo ciclópeo de esta inmensa obra. Miles de kilómetros, desde la frontera con Corea hasta lo más remoto del desierto de Gobi, más de 1500 años entre las primeras y las últimas construcciones, todo para defender el "Reino del centro" de las invasiones, con poco éxito en general, pues no impidió las incursiones de los mongoles y más tarde de los mongoles. Hay varias secciones en las proximidades de Pekín, a nosotros nos llevaron a una de ellas, en concreto a Badaling, unos 70 kilómetros al noroeste de la capital. Allí algunos nos entretuvimos en subir por la muralla montaña arriba y creedme, la vista valió de sobra la pena.

-El Templo de los Lamas o Yonghegong. Como es habitual en los templos o monasterios budistas es un complejo de diversas edificaciones, templos, altares y residencias de los monjes de estilo tradicional y de color rojo, que es el color más emblemático de China, y no solo por razones ideológicas o políticas. Con el casi imprescindible olor a incienso por todos lados, pese al intensísimo frío que hizo aquel día, y, cómo no, con la tienda de recuerdos para los turistas junto a la entrada del complejo. Alguna cosita que tenemos ahora colgada en las paredes de casa viene de aquella tienda.

-Los hutong, que son los barrios tradicionales del viejo Pekín. Están formados por casas bajas arracimadas y con estrechas callejas orientadas generalmente de este a oeste. Son territorio casi exclusivo de las bicicletas. Cuando estuvimos nosotros estaban en plena reconversión urbana de la ciudad y fuimos testigos oculares de que estaban echando abajo varios de estos hutong para sustituirlos por anchas avenidas con bloques de viviendas, en buena parte de cara a los juegos olímpicos, aunque nos dijeron los guías que se quería preservar unos pocos más que nada para utilizarlos como reclamo turístico.

Estuvimos en más sitios, como la fábrica de la Seda, en donde nos mostraron los procesos tradicionales de elaboración, desde los propios gusanitos hasta la tienda de rigor, con ropa, colchas, sábanas, etc. Estaba, por cierto, próxima a la entonces en proyecto zona olímpica, no estaba aún levantado el estadio olímpico, el famoso "Nido de pájaro", ni la piscina, ni el pabellón cubierto.
También fuimos en dos ocasiones al mercado Sanlitun Yashow, un edificio bastante feo, pero en su interior hay varias plantas llenas de puestos con ropa, bolsos, relojes, joyas, etc. de buena calidad en algunos casos (en otros no tanto) y a unos precios bastante más bajos que en España, sobre todo si se regatea bien con los dependientes. Por cierto, un detalle en el que se notaba que es un lugar para turistas era que todos los vendedores hablaban algo de inglés y bastante eran capaces de chapurrear algo de castellano. No compramos apenas más que alguna prenda para nuestra pequeñina y algún objeto curioso por no llenar más de la cuenta nuestro equipaje, pero hubo en nuestro grupo quien cargó con cantidad de ropa. Cazadoras a 20 y 30 euros, camisas a 15, etc. Como para no picar.

Volviendo a la ciudad propiamente dicha, Pekín es una ciudad de una inmensa extensión, con un diseño urbano similar al de Rusia, con menos rascacielos que en Cantón, y de diseño urbano muy cuadriculado en todo el sector central con inmensas avenidas que cruzan de norte a sur y de este a oeste, alguna de ellas con más de 15 kilómetros de longitud. Más hacia las afueras rondas y bulevares con muchos bloques de viviendas de estilo soviético. Y con la Ciudad Prohibida y la Plaza de la Paz Celestial (Tiananmen) en el centro geográfico de la capital.
Nosotros estuvimos alojados en el hotel Wangfujing, un hotel grande y un poco anticuado situado en una de las zonas más comerciales y animadas de la ciudad, en la calle Wangfujing, no lejos de la Ciudad Prohibida.

Vimos mucha actividad, mucha animación, mucha gente ("muchos chinos en China") y grandes contrastes también, con zonas de nivel de vida alto y barriadas muy humildes, aunque a decir verdad no se veía miseria por ninguna parte. Había pobreza, no lo niego, se veía a algún que otro mendigo, mucha gente modesta en rudimentarias bicicletas, trolebuses desvencijados de los tiempos de Mao junto a autobuses modernos y cómodos. Los precios algo más bajos que en España, tanto en los supermercados (alguna marca española de cerveza había por allí) como en los centros comerciales y restaurantes. Compré algunos excelentes discos de música militar y tradicional china a muy buen precio (un CD doble a 100 yuanes=9 euros).
De la gente sólo puedo hablar en positivo, muy educada y amable, ya que, pese a la infranqueable barrera idiomática, intentaban ayudarte en lo que podían, aunque fuera por señas, y sobre todo eran muy cariñosos y tiernos con las pequeñas bebés de nuestro grupo de papás. Tal vez pensaran en que, aunque esas nenas salían de China, era para emprender una nueva y esperanzadora existencia en otro continente muy lejano.

Ni que decir tiene que nuestra estancia pekinesa fue una experiencia imborrable y más aún por el motivo tan especial que originó el viaje. Me gustaría volver con mi hija dentro de unos cuantos años para que conozca, aunque sea sólo un poquito, su país natal y para comprobar los cambios que se hayan podido producir desde aquel año 2004 en que nos acercamos por allí a dar "una vueltecita".

¿Qué más puedo decir de Pekín? Simplemente que es una ciudad maravillosa habitada a buen seguro por millones de buenas personas.

Un inciso final: Cómo comprenderéis estas dos ciudades con toda su importancia y grandeza, no son más que una pequeña parte de un inmenso país como es la República Popular China. Existen otras ciudades y regiones interesantísimas de conocer como la moderna y colosal en todos los aspectos Shanghai, las excoloniales Hong Kong y Macao, Xian y sus mundialmente famosos guerreros de terracota, el Tibet, y otras ciudades sin tanta fama pero con atractivos suficientes, y todo en un país en alza imparable, ya a punto de convertirse en la segunda potencia mundial y un día serán la primera, no tengo ninguna duda.

Gracias por la atención y disculpas por la gran extensión de la opinión, pero es que China es un país inmenso. Y eso que sólo estuve en dos de sus muchás grandes ciudades ciudades.
Fecha:14:44:18 06/02/11
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