Hotel Dongfang, en Cantón China

Acerca de:Hotel Dong Fang [Guangzhou]
Ventajas:Gran hotel
Desventajas:Caro
Hola, amigos de Xakia:

Este hotel está situado en la ciudad meridional china de Cantón o Guangzhou.

Un acontecimiento decisivo en mi vida se produjo hace algunos años, en diciembre de 2004, cuando viajamos mi mujer y yo a China junto con otras familias de toda España a adoptar a nuestras respectivas hijas. Estuvimos una semana en Cantón y después otros 7 días en Pekín. Entre trámites administrativos tuvimos mucho tiempo en el que cual nuestros guías nos llevaron por ambas ciudades para que pudiéramos conocer lo más interesante de ambas.

La primera semana en Cantón nos alojamos en este Hotel Dongfang. Un hotel de 5 estrellas verdaderamente espectacular, sin duda el mejor que en el que nunca me he alojado en mis viajes. Está en una zona bastante céntrica de la ciudad, en Liuhua Road, frente al edificio de la Feria, y con dos importantes parques en sus proximidades, al oeste el encantador Liuhua, con sus lagos, y al este el gran parque Yuexiu. Hotel enorme, con más de 1000 habitaciones, es de planta cuadrada y en su centro tiene un grande y precioso jardín de estilo oriental con cursos de agua, graciosos puentecitos, y una gran variedad de arbolitos, plantas y bonsáis. Además hay una gran piscina que no se usaba en aquellos primeros días de diciembre, pero no os engañéis pensando que era porque hiciera frío, ya que por el día las máximas rondaban los 24-25 grados.

Nuestra habitación era grande y alargada, con el baño, éste sin embargo era algo pequeño pero muy aseado, a mano derecha de la entrada. La cama de matrimonio, frente a ella la mesa con el televisor, y continuando hacia el inmenso ventanal un espacio con la cunita, dos grandes sillones, varias sillas y una mesa central. Las vistas eran realmente privilegiadas hacia el oeste, con el vecino parque Liuhua y la línea de los altos edificios que lo circundaban.

En aquel hotel todo era a lo grande, tanto en tamaño como en calidad. Hasta los árboles de Navidad (faltando aún tres semanas para las fiestas), varios por todo el hotel, eran enormes, algunos medirían cerca de 10 metros de altura, y con muchísimas luces.
Su larguísima fachada tenía una enorme entrada a cada lado, que conducían a dos inmensas zonas de recepción, comunicadas entre sí por un largo y ancho corredor, lujosamente decorado. Por un pasillo lateral se accedía al parque que ya os he comentado, en cuyo extremo estaba el restaurante, que servía comida en régimen de buffet, con especialidades tanto chinas y asiáticas como más europeas. Especialmente en los últimos días, cuando ya estábamos agobiados por la difícil cocina cantonesa de los restaurantes a los que nos llevaban durante el día, y teniendo en cuenta que en los alrededores sólo encontramos una pequeña tienda tipo "Seven Eleven" con comida preparada y un McDonalds (a los que tenemos verdadera manía) nos lanzábamos casi de cabeza al restaurante del hotel, que aunque era caro, tenía la ventaja de que podías reconocer lo que te comías: pollo, ternera, verduras, huevos, pescado, etc.

En una de los pisos del hotel había habilitada una gran sala enmoquetada llena de juguetitos, para que las niñas pudieran jugar todas juntas, ante la vista de sus felices mamás y papás. Allí estuvimos algún que otro ratito, especialmente por las tardes.

El personal fue atentísimo y muy amable en todo momento, recepcionistas, limpiadoras, camareros, etc, tanto con nosotros como especialmente como las nenas de nuestro grupo. Se veían muchos extranjeros allí alojados, entre ellos había aquellos días un grupo de estadounidenses también con nenas adoptadas. Por ello era normal que la mayoría del personal, al menos en recepción y en el restaurante tuvieran conocimientos de inglés, lo que, junto con nuestras nociones básicas de la lengua de Shakespeare, nos permitían entendernos con ellos. Detalle curioso y diría que un poco hasta servil: tenían siempre en la entrada de los aseos de la planta baja, a algún muchacho elegantemente vestido para abrirles la puerta a los clientes que quisieran entrar.

El precio del hotel no lo sé porque iba incluido en el paquete del viaje organizado, pero a buen seguro que debía ser elevado, al menos lo que pudimos contrastar que fue el restaurante era caro.

En resumen, el Dongfang Hotel de Cantón es un auténtico "hotelazo", que tenía prácticamente todo para hacer la estancia agradable y, además, es elegante y bonito en sí mismo, con un jardín sencillamente espectacular. El mejor hotel en el que me he alojado jamás. Además está bien situado en una zona céntrica de la ciudad y con fácil comunicación con el resto de la ciudad. En fin, tengo un gratísimo recuerdo de este hotel.

Gracias por la atención y un saludo a todos los lectores.
Fecha:09:37:44 30/04/11
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Votos:no disponible.
Categorías:Viajes