El Hotel Melia María Pita tiene una ubicación inmejorable. En primera línea de playa, en la Avenida Pedro Barrie de la Maza, 1, no puedes elegir mejor lugar para pasar unas vacaciones tranquilas.
Las vistas desde nuestra habitación eran inmejorables. Veías toda la playa, las olas rompiendo en la arena, el mar muy azul. Era un cuarto cómodo, que pudo haberlo sido más de tener conexión a Internet gratuita. Compensa bajar a un ciber a mirar el correo electrónico y a navegar por la Red de Redes porque la conexión en este hotel te la cobran cara.
El personal es muy amable. Desde que entras por la puerta hasta que marchas hacen que te sientas como en tu casa. Destacaría en especial a los empleados de recepción y a los camareros que atendían el comedor.
No es un hotel barato, pero su ubicación justo enfrente de las playas Orzán-Riazor, justifica la factura. Está muy céntrico. Puedes ir andando hasta la Torre de Hércules, ir de compras por la calle Real y alrededores. El Corte Inglés te queda algo más lejos, pero tienes un buen servicio de bus urbano para acercarte a cualquier centro comercial de la ciudad.
La limpieza es impecable en el Hotel María Pita. Todo está como los chorros del oro, desde la habitación hasta las estancias comunes. Limpian a fondo.
Nuestra habitación era amplia, igual que el cuarto de baño. No tuvimos problemas de espacio. Hasta había un sofá a mayores, tan cómodo como la cama para echar una siesta. Completaban el mobiliario de nuestro cuarto un armario y un escritorio con sus sillas correspondientes.
En el cuarto de baño había dos lavabos, un espejo como los de las peluquerías, un par de albornoces. La ducha tenía una presión fantástica. La bañera era grande.
Os recomiendo este hotel. Es una pena que no tengan el detalle de proporcionar Wi Fi gratuito y parking también gratuito.