El hotel es muy bonito, tiene cascadas de rocas y piscinas con palmeras muy agradables, pero resulta que las piscinas son climatizadas, y si es invierno pues la cosa no está nada mal, pero en Tenerife, en Agosto con el calor azotando, lo que queremos todos son piscinas donde refrescarnos... sólo hay una piscina de agua fresquita, pero es muy pequeña y claro se llena de gente buscando lo mismo que tú, una piscina fresca... además el resto de piscinas se abarrotan de extranjeros jugando al voleyball con los animadores... también es bastante dificil conseguir hamaca, porque aunque esté prohibido reservarlas, los extranjeros ponen sus toallas y se van y nadie les dice nada...
En el comedor atienden bastante bien, la comida es variada pero está pensada en los extranjeros y creo que debería de haber algo más de comida sana...
El primer día nos levantamos temprano pensando en salir pronto de desayunar y poder coger sitio en la piscina pequeña, volvimos a la habitación como a la 1:30 y no habían limpiado aún así que cambiamos el cartel de "limpien" a "no molesten" para cambiarnos e ir a comer... pues pasaron 5 min y nos toca la señora de la limpieza a la puerta para limpiar, que si podíamos salir que sería solo un momento, pues aunque le dijimos que no, no dejó de insistir hasta que al final salimos... nos molestó un poco pero no le dimos importancia, ya que la pobre mujer puede que la tengan obligada a limpiar todas las habitaciones...
...al día siguiente, estábamos durmiendo, eran las 6:30, y otra de las señoras de la limpieza, abrió la puerta de la habitación y cerró de un portazo!! nos quedamos perplejos y por supuesto no pudimos volver a dormir...
Aún así con todo esto, no estube mal en el hotel, son anécdotas para recordar y que luego hacen hasta gracia, pero no volvería...